Los empleados del metro de Londres continuaron ayer una huelga en el transporte público de Gran Bretaña que alteró las calles de la capital británica. La mayoría de las estaciones del metro en el centro londinense quedaron cerradas y muchos de los 4,8 millones de usuarios que cada día suben al metro se vieron obligados a recurrir a medios de transporte alternativos.

La huelga, que durará 24 horas, provocó largas filas en las estaciones de los autobuses en Londres y atascos más extensos de los habituales en los accesos por rutas y autopistas. Los sindicatos convocaron a la huelga por no estar de acuerdo con la política de recursos humanos de la compañía tras el cierre de muchas ventanillas en los últimos años y el consecuente recorte de puestos de trabajo.