Los defensores de los derechos humanos en Colombia tuvieron en 2018 uno de sus años más sangrientos, con un aumento de casi el 50% de los crímenes contra activistas respecto al año anterior, reveló hoy la ONG Programa Somos Defensores (Siaddhh).

Según su informe anual, 155 defensores de derechos humanos murieron en 2018, lo que supone un 46,2% de aumento de los homicidios con respecto al 2017, cuando 106 activistas perdieron la vida en un episodio violento.

El Siaddhh expresó que el crecimiento de las agresiones responde a que «el Estado no tuvo la capacidad de aprovechar la oportunidad histórica que se ofreció con la desmovilización» de la guerrilla de las FARC tras la firma del acuerdo de paz en noviembre de 2016.

«Las acciones por parte del gobierno no fueron suficientes y la implementación de los acuerdos de paz se dio de manera lenta y poco efectiva», sostiene el informe, financiado por la embajada de Noruega en Colombia y las agencias de cooperación Misereor, Diakonia y Terres des Hommens.

También subraya la necesidad de que avance el desarrollo del punto 1 del acuerdo de paz, sobre la «reforma rural integral», como un punto clave para evitar los asesinatos.

Según las cifras del Siaddhh, «la defensa de la tierra y del territorio aparece como una de las causas que más tratan de ser silenciadas por diferentes actores, lo que se refleja en los registros de agresiones».

El informe, que fue divulgado por la agencia de noticias EFE, destaca que de los 155 asesinados, 63 eran líderes comunales, 24 indígenas, 24 defendían derechos comunitarios, 19 eran campesinos y 7 dirigentes sindicales.

También fueron asesinados seis afrocolombianos, tres que abogaban por las víctimas del conflicto armado, tres líderes educativos, tres defensores de la restitución de tierras, dos del medioambiente y uno LGTBI.

«Al igual que en años anteriores, son los directivos de las Juntas de Acción Comunal (JAC) quienes encabezan esta lamentable lista con 63 asesinatos, frente a los 29 casos del 2017, es decir, existió un preocupante incremento del 117,2 %», subraya la información.

En cuanto a la autoría de los homicidios, en 111 de los casos, equivalentes al 73%, los presuntos responsables son desconocidos; en 16 casos (10%), grupos herederos de los paramilitares; en 12 casos fueron disidentes de las FARC (8%); otros 9 fueron asesinados por la guerrilla del ELN (5%), y 7 por la fuerza pública (5%).

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