Los enfrentamientos se intensificaron en los últimos días en la región de Darfur, especialmente en Darfur Sur, donde fuentes locales confirmaron el sábado que al menos 120 personas habían fallecido desde el repunte de la violencia el pasado miércoles.
Un portavoz de la OTAN dijo que están "vigilando la situación” desencadenada por la rebelión de los mercenarios.
Residentes de la capital confirmaron el estallido de enfrentamientos en el oeste de Jartum, así como en el sur de Omdurman, a la que se llega cruzando un puente.
El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado a los bandos en conflicto a poner fin a las hostilidades, que han provocado el desplazamiento de más de 400.000 personas tanto a países vecinos como a otras regiones del país.
Debido a los combates, muchas familias han quedado atrapadas, con poco o ningún acceso a electricidad, agua, alimentos y medicinas. El país tiene una de las tasas de desnutrición infantil más altas del mundo con más de 600.000 niños con desnutrición aguda grave antes de los enfrentamientos.
El anuncio llegó horas después de un ataque a un convoy de la embajada de Estados Unidos en Sudán, un asalto a la residencia del enviado de la Unión Europea (UE) y el bombardeo de la casa del embajador noruego, todo en Jartum, la capital del país árabe africano.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, les pidió a los líderes de las Fuerzas Armadas sudanesas y de las Fuerzas de Apoyo Rápido que cesaran inmediatamente las hostilidades e iniciaran un diálogo para resolver la crisis.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido afirman haber tomado el Palacio Presidencial, lo que las Fuerzas Armadas niegan, y también el Aeropuerto de Jartum, el más grande del país.
El atacante suicida chocó contra un camión que transportaba personal paramilitar de la policía de la localidad de Baluchistán. Hasta el momento, ningún grupo se adjudicó el acto terrorista.
Los manifestantes coreaban "¡No al gobierno militar!" y pedían la caída del Consejo de Gobierno liderado por el general Abdel Fatah al Burhan, quien encabezó el golpe de Estado del 25 de octubre pasado.
"Las acciones por parte del gobierno no fueron suficientes y la implementación de los acuerdos de paz se dio de manera lenta y poco efectiva", sostiene el informe de la ONG Programa Somos Defensores.
Los dos jóvenes murieron de disparos en la cabeza, uno de ellos dentro de la parroquia y el otro desangrado en una barricada.