Ambos mandatarios se reunieron en el Gran Palacio del Pueblo en la primera visita oficial de Macron a China y trataron la cooperación a nivel bilateral, europea e internacional.

El de Macron es el primer encuentro de un gobernante occidental con Xi después de que éste fuera ratificado en su cargo.

El mandatario galo abogó por una «coordinación equilibrada» entre los miembros de la UE para encarar sus relaciones con el gigante asiático.

«Europa con frecuencia ha llegado de forma dispersa a China», afirmó Macron en una conferencia de prensa conjunta con Xi al final del encuentro.

Macron destacó que solicitó que la UE decida los sectores estratégicos que deben estar protegidos de la inversión exterior, y aseguró a Xi que esto no va dirigido contra China, sino que tiene la intención de proteger la «soberanía» de los países europeos.

De la misma manera, hizo notar, el país asiático prohíbe o limita la inversión exterior en varios sectores de su economía, y requirió cambios en las restricciones chinas a la producción bovina y porcina francesa.

Macron y Xi, por lo demás, coincidieron en la necesidad de que Francia y China, siguieran «desempeñando un papel de liderazgo» en el combate al calentamiento global, recientemente descartado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la lucha contra el terrorismo.

Para Macron, «estamos viviendo un período de profunda inestabilidad (…) que amenaza nuestro sistema de seguridad colectiva», y Xi coincidió: «Los factores de inestabilidad en el mundo son cada vez más palpables», dijo, para agregar que Francia y China tenían en este contexto «una misión histórica».

Finalmente, en relación a encuentros empresariales simultáneos que se celebraron con representantes de ambos países, Macron y Xi coincidieron en la importancia de potenciar el proyecto chino de unificación eurasiática conocido como la «ruta de la Seda».