El gobierno de Dilma Rousseff anunció que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva será el responsable del Ministerio de la Presidencia, cartera que hasta ahora estaba en manos de Jaques Wagner, quien pasará a ser jefe de gabinete. El antecesor de Rousseff se encuentra acusado en el caso de corrupción de la empresa Petrobras.
Más tarde, la cuenta de Facebook del gobierno de Brasil publicó una imagen del líder brasileño y la leyenda «Bienvenido», arriba de su nombre, junto con el rótulo: «Oficial: Lula será el nuevo ministro de la Casa Civil». De esta forma, será la primera vez que un ex presidente brasileño asume un cargo como ministro de uno de sus sucesores.
Con esta incorporación, se modificará la situación de Lula en el caso que investiga maniobras de corrupción en la estatal Petrobras, ya que la causa en su contra deberá ser transferida de la justicia común a la Corte Suprema. La fiscalía lo acusa de ser “uno de los principales beneficiarios” de un sistema de desvío de dinero en Petrobras (entre 2004 y 2012, supuestamente salieron 10.000 millones de reales, unos 2.400 millones de euros) para favorecer a empresas corruptas.
«Tendremos un ministro con larga experiencia para ayudar al país» y la decisión ha sido tomada «única y exclusivamente con el objetivo de poner fin a la crisis» política y económica, destacó el legislador Florence, que rechazó que Lula pueda obstaculizar las investigaciones que tramitan en tribunales en su contra o aquellas que afectan a otros funcionarios del Gobierno.
En paralelo a la designación de Lula, Rousseff rechazó «con vehemencia e indignación» las denuncias en su contra realizadas por el senador oficialista Delcídio Amaral, quien la acusa de intentar frenar las investigaciones sobre el escándalo de corrupción en Petrobras.
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