El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió nuevamente al Congreso que levante el embargo a Cuba para «consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en el hemisferio».

Obama defendió su decisión de restablecer en julio relaciones bilaterales con Cuba, después de medio siglo de ruptura y enfrentamiento ideológico entre Washington y La Habana.

Recordó que la política de aislamiento a la isla que llevaron a cabo sus antecesores no sólo no logró promover la democracia en Cuba, sino que entorpeció las relaciones de su país con América Latina.

«¿Quieren consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en el hemisferio?», preguntó Obama a los legisladores. «Reconozcan que la Guerra Fría ha terminado. Levanten el embargo», pidió Obama ante un Congreso dominado por los republicanos.

Los expertos aseguran que no puede haber normalización de las relaciones entre Washington y La Habana hasta que Estados Unidos no levante el embargo.

Aunque Obama ha tomado varias medidas para relajar las restricciones, no puede decretar por su cuenta el levantamiento de la medida, ya que sólo el Congreso, donde tienen mayoría los republicanos, tiene la facultad de levantar el embargo en su totalidad.

Obama también abogó por el cierre del centro de detención de la cárcel de Guantánamo al argumentar que «es caro, es innecesario y sólo sirve como un folleto de reclutamiento para nuestros enemigos».

El presidente ha prometido en varias ocasiones que antes de abandonar la Casa Blanca en enero de 2017 cerrará ese centro de detención, creado por el presidente George W. Bush para albergar a los prisioneros detenidos en la guerra de Afganistán y sospechosos de pertenecer a Al Qaeda. Sin embargo, cuenta con la resistencia de los republicanos en el Congreso.

A pesar de la exigencias de La Habana, Washington no tiene ninguna intención de entregar el territorio en el que se encuentra la base naval si finalmente Obama logra cerrar la prisión.

Obama pronunció ante las dos cámaras del Congreso su último discurso sobre el Estado de la Unión, en el que pidió a los estadounidenses abrazar el cambio y no temer el futuro.

Por su lado, el senador republicano de Florida y precandidato a la presidencia, Marco Rubio, presentó un proyecto de ley para modificar la conocida «Ley de Ajuste Cubano», con el objetivo de que sean los cubanos perseguidos políticamente los que realmente obtengan los beneficios de la misma.

Bajo el nombre de «Ley de Oportunidad de Trabajo para el Inmigrante Cubano», la legislación es similar a un texto ya presentado en la Cámara de Representantes por el congresista republicano por Florida, Carlos Curbelo.

«Es indignante cuando se explota la generosidad del pueblo estadounidense. Es particularmente indignante cuando a los individuos que dicen estar huyendo de la represión en Cuba se les da la bienvenida y se les permite aprovechar la asistencia federal con base en su difícil situación, sólo para volver al mismo lugar del que decían estar huyendo», consideró Rubio.

«Las debilidades en nuestra ley actual no sólo permiten el flujo de dinero de los contribuyentes estadounidenses a las arcas del régimen de Raúl Castro, sino que también socava la causa legítima de aquellos cubanos que están verdaderamente huyendo de la represión y persecución política», agregó el aspirante a la Casa Blanca.

«La necesidad de ayudar a los que huyen de la represión en Cuba no ha cambiado, ya que, desde que el Gobierno de Barack Obama anunció su política contraproducente de normalización de relaciones con la dictadura de Castro, las detenciones políticas y la represión han aumentado», añadió.

La Ley, vigente desde 1966, y la política de «Pies secos/Pies mojados» establecen que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse, mientras que los interceptados en el mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, son devueltos a Cuba.

Una enmienda de 1980 de la Ley de Ajuste Cubano permite a los inmigrantes cubanos, independientemente de sus razones para abandonar la isla, el acceso al Programa Federal de Reasentamiento de Refugiados.

En los últimos meses, miles de cubanos están llegando a países como Costa Rica y Nicaragua, un fenómeno que los gobiernos de ambas naciones aseguran es producto de dicha ley, ya que los inmigrantes buscan, en última instancia, pisar suelo estadounidense.

No obstante, la Casa Blanca reiteró recientemente que no tiene previsto ninguna modificación de la legislación vigente.