El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, pidió a sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) que prohíban a las empresas chinas desarrollar redes de 5G en sus países, con el argumento de que Beijing quiere espiar para robar tecnología.

«Están llevando a cabo campañas estratégicas a largo plazo para robar información confidencial del Departamento de Defensa para socavar nuestra ventaja militar», agitó Esper.

«Toda compañía china tiene el potencial de ser cómplice en la campaña estatal de Beijing para robar tecnología», declaró el funcionario durante la cumbre de la Agencia de Seguridad de la Ciberseguridad e Infraestructura en Maryland, Estados Unidos.

Esper advirtió que el uso de redes 5G desarrolladas por empresas chinas «pone en peligro la interoperabilidad militar y las oportunidades de intercambio de inteligencia», una amenaza que la Casa Blanca ya había llevado en meses previos a Alemania y el Reino Unido.

«Al igual que los otros dominios de guerra, nuestras capacidades cibernéticas se ven reforzadas por una sólida red de aliados y socios. Nuestra capacidad para compartir información y operar en redes de comunicaciones comunes sirve como un multiplicador de fuerza, pero también conlleva un mayor riesgo», sostuvo el secretario.

Los comentarios de Esper se dan en un contexto donde varios países, sobre todo en Europa, están tendiendo sus redes de Internet móviles de quinta generación, una tecnología con un gran potencial de uso militar e industrial que es el eje de una contienda geopolítica entre las dos potencias.

Estados Unidos asegura que la ley nacional de inteligencia de China faculta al gobierno asiático a utilizar a sus ciudadanos y empresas para recopilar datos de inteligencia. todos sus cañones contra Huawei, empresa que es líder global en equipos de 5G y que, según asegura, ya tiene cerrados contratos para construir redes de última generación en más de 50 países.

Pero las advertencias de Washington, negadas rotundamente por Huawei y por Beijing, carecen por el momento de pruebas y por eso no han sido tomadas en cuentas por los aliados estadounidenses, a excepción de Australia. A lo largo de este año importantes funcionarios estadounidenses, incluido al propio presidente, Donald Trump, y al secretario de Estado, Mike Pompeo, llevaron la campaña anti Huawei a países como Reino Unido y Alemania, entre otros, sin lograr que los gobiernos prohíban la participación de la firma china en la construcción de redes.