Foto gentileza Óscar del Pozo/AFP

Tras un nuevo fracaso en el intento de formar gobierno y con unas elecciones en el horizonte que no son garantía de que España saldrá de la crisis política en el que está sumida, los líderes políticos españoles fueron blanco de críticas desde diferentes sectores ante el temor a una mayor inestabilidad.

Por segunda vez en su historia, y sin antecedentes en toda Europa, España repetirá elecciones ante la frustración de no haber conseguido formar un gobierno. La primera vez fue en 2016, cuando la participación de la gente bajó, y sucederá el próximo 10 de noviembre, cuando se espera que los españoles no acudan a votar con el mismo entusiasmo con el que lo hicieron el 28 de abril pasado.

El ultimo sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado a principios de septiembre, revela que la política no despierta pasiones entre los ciudadanos de España, siendo el sentimiento de «desconfianza» el más citado en un 34,2%, seguido del «aburrimiento», con un 15,8%, y el tercero la «indiferencia», con un 13,2%.

El día después de confirmarse que habrá nuevas elecciones generales el próximo 10 de noviembre, mientras el Congreso de los Diputados de Madrid se convertía en el escenario de la nueva precampaña, con reproches cruzados entre los partidos a raíz de su propia incapacidad para acordar, los españoles conocieron con indignación el elevado costo que se estima que tendrán que pagar por la repetición electoral: 140 millones de euros.

La alcaldesa de Barcelona, la progresista Ada Colau, alertó de estas consecuencias a una ciudadanía que desde hace mucho tiempo desconfía de sus políticos.

Por su parte, los líderes de los grandes sindicatos del país, Comisiones Obreras (CC.OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), que abogaban por un acuerdo de izquierda entre el PSOE de Sánchez y Unidas Podemos, el partido de Pablo Iglesias, lamentaron la «oportunidad perdida» de manera «irresponsable» al tiempo que avisaron del riesgo a que la desilusión lleve a una desmovilización del electorado progresista.

El secretario general de CC.OO, Unai Sordo, consideró que fue una «burla a las clases populares» el escaso tiempo dedicado a alcanzar un pacto de gobierno y acusó a los políticos de «jugar a la ruleta rusa» con las nuevas elecciones. Su compañero de UGT, Pepe Álvarez, señaló en declaraciones a Radio Nacional de España (RNE) que «lo peor que puede pasar que no haya una participación alta»

En otro mensaje, la política de izquierda surgida de los movimientos sociales afirmó que «la responsabilidad de las nuevas elecciones es del Partido Socialista (PSOE) y muy especialmente de Pedro Sánchez -presidente del gobierno que buscaba la reelección-. Pero el fracaso es colectivo».

También el presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) Antonio Garamendi, acusó a los políticos españoles de dar un «espectáculo bastante lamentable» en vez de buscar un clima de estabilidad que permita crear empleo y riqueza. El dirigente empresarial aconsejó a la clase política que tome como ejemplo la negociación de los convenios colectivos entre los sindicatos y la patronal, que cada año se sientan a negociar, tras remarcar que la incertidumbre política genera desconfianza y «está provocando ya que se retraiga la contratación indefinida en un 19%, cuando el año pasado crecía a un 20%».

Aunque en el momento en el que se hizo la encuesta todavía no se había despejado la incógnita de si habría nuevos comicios, un 10% respondió que no volvería a votar ante una repetición electoral, producto del hastío.

La incógnita de cara al 10 de noviembre estará más que nunca en el nivel de abstención y, por lo tanto, en como se traduce la frustración de los españoles en las urnas tras votar por cuarta vez en cuatro años, algo inédito en democracia.