El papa Francisco llamó hoy a resolver «los problemas y contrastes en la familia» con «misericordia» y reconociendo «la culpa» para «no cortar las relaciones».

“La justicia humana solamente limita el mal, no lo vence, no lo hace desaparecer. La justicia divina, en cambio, supera el mal contraponiéndolo al bien”, explicó hoy el pontífice en la audiencia general en la Plaza San Pedro ante unos 10 mil fieles.

«La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita, pero también como justicia perfecta. Parecerían dos realidades que se contraponen, pero no es así», afirmó Francisco, que destacó que «la misericordia de Dios es lo que hace que se cumpla la verdadera Justicia».

«El camino privilegiado que la Biblia nos señala para alcanzar una auténtica justicia es aquel en el que la víctima, sin recurrir al tribunal, se dirige directamente al culpable, apelando a su conciencia, para que comprenda que está realizando el mal y pueda convertirse», afirmó el Papa en su mensaje, en una audiencia que comenzó con Jorge Bergoglio invitando a dos niños a recorrer la Plaza en su papamóvil.

«Sólo así, el culpable, reconociendo su culpa, puede abrirse al perdón que la parte ofendida le ofrece. Esta es la manera de resolver los problemas y contrastes en la familia, entre esposos o entre padres e hijos. El ofendido ama al culpable, no quiere perderlo, sino recuperar la relación desgarrada», agregó el obispo de Roma.

«Si pensamos en la administración legal de la Justicia, vemos que aquellos que se consideran víctimas de una injusticia se dirigen al juez en el tribunal y piden que se haga justicia. Es la justicia retributiva, la imposición de un castigo a los culpables, de acuerdo con el principio de que a cada uno debe dársele lo que le corresponda», contrapuso el Papa argentino.