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Algunas señales parecen indicar que el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, y el Asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, buscan iniciar una guerra contra China, en la que quieren meter no solo a Estados Unidos sino a otros países también.

Desde que regresó de Tokio el pasado 6 de octubre, luego de la reunión con sus pares de Japón, India y Australia (que con EU integran el llamado “Quad”), Pompeo ha dado una multitud de entrevistas de radio. En esos encuentros, Pompeo, entre otras cosas, exageró hasta el infinito ante los participantes la imaginaria amenaza de China.

“Los indios están viendo a 60.000 soldados chinos en su frontera norte”, dijo Pompeo en una entrevista en el programa de Guy Benson el viernes 9, según informó la agencia Press Trust of India (PTI). “Estuve con mis homólogos, los ministros del exterior de India, Australia y Japón… Cuatro economías poderosas, cuatro naciones, cada una de las cuales tiene riesgos reales asociados con las amenazas impuestas, que pretende imponer el Partido Comunista Chino. Y ellos lo ven en sus países también”, dijo Pompeo algo exacerbado. Ni Japón ni Australia mencionaron a China en la información que publicaron sobre la reunión, e India no publicó nada sobre la reunión, directamente.

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Pompeo calificó como “productiva” su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, en la cual –según alegó-  “ellos ven que la gente en sus naciones (los otros tres países) entienden que todos nos dormimos con esto por demasiado tiempo. Por décadas, Occidente permitió al Partido Comunista Chino pasar sobre todos nosotros. El gobierno anterior dobló una rodilla, permitió con demasiada frecuencia que China se robase nuestras propiedades intelectuales y los millones de empleos que le acompañan. Ellos también ven eso en sus países”, dijo.

En otro reportaje, el mismo funcionario de la Casa Blanca dijo que en cada uno de los demás países del Quad, la gente ve al Partido Comunista Chino como la amenaza que él alega que es. “El mundo ha despertado. La ola empezó a volverse. Y Estados Unidos bajo el liderazgo del presidente Trump ha creado una coalición que va a responder contra la amenaza y va a mantener el buen orden, la norma de la ley, y la decencia cívica elemental que sale de las democracias que controlan el mundo y no de los regímenes autoritarios”, espetó.

En su tercera entrevista con Fox News, Pompeo dijo que Estados Unidos, bajo el gobierno de Trump, empezó a construir el edificio de la estructura y los aliados y la coalición para responder contra China. “Apuntamos a proteger al pueblo estadounidense de la amenaza que plantea el Partido Comunista Chino”, insistió.

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Por su parte, con una jerga bélica que remite a las cruzadas anticomunistas de la Guerra Fría, el Consejero de Seguridad Nacional desde 2019, Robert O’Brien, dio un discurso en Utah, la semana pasada, en donde alegó que China pretende “tomar” por asalto la Línea de Control Real, como parte de su agresión territorial en la frontera con India.

O’Brien también lanzó un ataque rabioso contra la Iniciativa de la Franja y la Ruta. “El programa de desarrollo internacional bandera de Pekín, Una Franja Una Ruta, involucra a las compañías empobrecidas que toman un préstamo chino, opaco e insostenible, para pagar a las empresas chinas que emplean a trabajadores chinos para construir su infraestructura”, argumentó O’Brien.

Muchos de estos proyectos son innecesarios, construidos burdamente y no son más que “elefantes blancos”, siguió en su exposición. “Y ahora la dependencia de esos países con la deuda china los deja con una soberanía carcomida y sin más opción que seguir la línea del partido en las votaciones de la ONU o sobre cualquier otro tema que el Partido Comunista Chino considere como línea rojo”.

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En ese sentido, resaltó: “Llegó el momento de aceptar que ni el diálogo ni los acuerdos van a persuadir o forzar a la República Popular China a que cambie. No se gana nada con voltear la cara y ver al otro lado, o con poner la otra mejilla. Ya hemos hecho eso por demasiado tiempo”, exclamó.

Después declaró que Estados Unidos ha respondido de dos maneras a la imaginaria agresión territorial y económica de China. Primero, al mejorar la capacidad de resistencia y adaptación de las instituciones estadounidenses, sus alianzas y asociaciones para prevalecer frente a los desafíos que presenta China; y segundo, con la imposición de costos tangibles a fin de forzar a Pekín a cesar o reducir las acciones perjudiciales a los intereses vitales de Estados Unidos, así como los de sus aliados y naciones socias.

“El Presidente Trump ha tomado la acción decisiva para cumplir estos objetivos. Él trabaja para entorpecer a las compañías que responden al aparato de inteligencia y seguridad del PCC”, expresó O’Brien. Y cerró proclamando que ya se les bloqueó el paso a los gigantes chinos de las telecomunicaciones, Huawei y ZTE, para que no tengan acceso a los datos privados de los estadounidenses ni a los secretos nacionales.