A un mes y medio del fin de las primarias y caucus (asambleas populares) presidenciales, los aspirantes republicanos y demócratas medirán fuerzas mañana en el estado de Nueva York, un distrito al que Donald Trump llega como el favorito indiscutido y Hillary Clinton con una ventaja de entre 6 y 15 puntos porcentuales.

Nueva York, el cuarto estado más poblado del país, otorga 95 delegados para los republicanos y 247 para los demócratas, por lo que los candidatos -con excepción del senador ultraconservador republicano, Ted Cruz, que ya lo dio por perdido- recorren sin descanso el distrito.

Clinton hizo hoy campaña junto con dos líderes mujeres de alto perfil: la senadora neoyorquina, Kirsten Gillibrand y la ex congresista de Arizona, Gabby Giffords, según informó la agencia de noticias EFE.

Esta última fue víctima de un tiroteo y, tras sobrevivir, se convirtió en una vocera de la lucha por controlar la venta de armas, un tema que la ex secretaria de Estado prioriza en su plataforma electoral y uno de los pocos en los que se posiciona a la izquierda de su rival, el veterano senador Bernie Sanders.

La ex primera dama también cuenta con el apoyo del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Gracias a sus años como senadora por Nueva York, Clinton parece haberse asegurado el apoyo del aparato partidario y de gran parte del electorado demócrata en ese distrito.

Los últimos sondeos otorgan a la ex primera dama una ventaja frente a Sanders, de entre 6 y 15 puntos porcentuales, según público la página web especializada Real Clear Politics.

De concretarse esta victoria, la campaña de Clinton recibiría un fuerte empujón en un momento que ya acumula 1791 de los 2383 delegados que necesita para obtener la nominación formal de su partido en la Convención Nacional de julio y convertirse en la candidata oficialista en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Sanders, en tanto, sin el apoyo de la estructura partidaria, se encuentra lejos con 1115 delegados.

Ayer el veterano senador por Vermont, que nació en Brooklyn, reunió a más de 20.000 personas en ese distrito neoyorquino y arengó a sus simpatizantes con la promesa de un sistema universal estatal de salud, de una educación superior gratuita y de una profunda reforma financiera.

En el campo republicano, en tanto, Trump, un hombre que hace poco se unió a las filas del partido y que provoca el rechazo de muchos de sus correligionarios, es el favorito indiscutido.

Según los últimos sondeos publicados por Real Clear Politics, el multimillonario, cuya popularidad crece a la par de sus polémicas por dichos racistas y sexistas, ganaría con una ventaja de más de 30 puntos porcentuales de su rival más cercano, el gobernador de Ohio, el moderado John Kasich.

Una victoria en Nueva York revitalizará la campaña de Trump, que en las últimas semanas se vio golpeada por una seguidilla de triunfos de Cruz, el número dos de los republicanos en el conteo de delegados hasta ahora.

Mientras Trump ya acumuló 758 de los 1237 delegados que necesita para dominar la Convención Nacional en julio próximo y convertirse en el candidato presidencial de la oposición, Cruz suma 553 y Kasich 145.

Pese a estar lejos primero en las encuestas, el empresario inmobiliario continuó recorriendo el estado. Esta noche realizó un acto en Buffalo, la segunda ciudad más grande del distrito.