El Kremlin consideró este lunes que los drones lanzados el domingo contra Moscú constituyen un «acto desesperado» de Ucrania, cuya contraofensiva, según Rusia, es un fracaso.

«Está claro que la contraofensiva no ha tenido éxito», declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, en una conferencia de prensa.

La situación es «muy difícil» para las fuerzas ucranianas, que no logran «ningún avance», subrayó.

«En un acto desesperado, el régimen de Kiev recurre a este tipo de ataques terroristas», continuó.

Peskov informó por otra parte que se habían tomado «todas las medidas posibles» para defender «las instalaciones de infraestructuras civiles», informó la agencia de noticias AFP.

Rusia anunció el domingo haber frustrado un ataque con drones ucranianos contra Moscú, que dañó las fachadas de dos torres de oficinas en el barrio de negocios de la capital.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se vanaglorió el domingo del ataque y aseguró que la guerra estaba llegando a Rusia y que esto era algo «inevitable y justo».

Moscú y sus alrededores, a unos 500 kilómetros de la frontera ucraniana, rara vez habían sido blanco de ataques en 2022, pero este año han sufrido varios cometidos con drones -incluyendo uno contra el edificio del Kremlin en mayo pasado- similares a varios otros contra la península de Crimea, que Rusia se anexó en 2014.

«Ucrania se está volviendo más fuerte», subrayó Zelenski, antes de admitir que el país, que recibió toneladas de sofisticadas armas de Estados Unidos y otros países de la OTAN, debía prepararse para nuevos ataques a infraestructuras energéticas el próximo invierno.

El Ministerio de Defensa ruso calificó los ataques con drones contra Moscú y su región de «intento de ataque terrorista».

A inicios de junio, Kiev lanzó su esperada contraofensiva para recuperar territorios controlados por Rusia en el este y el sur del país. Pero sus avances han sido modestos hasta ahora.

En coincidencia con la contraofensiva ucraniana, la zona del mar Negro, incluyendo a Crimea, ha sido escenario de crecientes hostilidades desde que Rusia se retiró de un acuerdo que permitía la exportación de cereales ucranianos por un corredor seguro pese a la guerra.

Rusia explicó que se retiraba del pacto porque se habían incumplido sus exigencias para prorrogarlo, entre ellas que se permitiera exportar sus fertilizantes pese a las sanciones que le impusieron países occidentales por haber invadido a Ucrania.

Putin no dio muestras de avances concretos para volver a participar en el acuerdo, aunque prometió enviar de 25.000 a 50.000 toneladas de cereales gratis a seis países africanos importadores netos de alimentos.