Tras el cierre parcial de Madrid, el viernes pasado, otras tres ciudades españolas comenzaron a imitar a la capital con una medida similar para frenar el avance del coronavirus.

Se trata de León, Palencia y San Andrés de Rabanedo, ciudades que tienen 125.000, 79.000 y 30.000 habitantes respectivamente y cuyos cierres parciales se extenderán durante al menos dos semanas, al igual que Madrid y nueve municipios de su periferia.

«La situación epidemiológica nos exige adoptar nuevas medidas para la protección de la salud», escribió en Twitter el presidente de la región de Castilla León, Alfonso F. Mañueco.

En la región de Madrid, los más de 4,5 millones de habitantes afectados por las nuevas restricciones en la capital y las ciudades vecinas pueden circular libremente en su municipio, pero solo se les permite salir para necesidades básicas como ir a trabajar, estudiar o al médico, por ejemplo.

Por lo tanto no están confinados en sus casas, como fue el caso a principios de año.

Sin embargo, estas nuevas medidas son difíciles de aplicar, sobre todo porque la policía sigue esperando la autorización de los tribunales para multar a las personas que no las cumplan.

«Seguimos muy preocupados, las próximas semanas seguirán siendo difíciles, muy difíciles», advirtió anoche el ministro de Salud, Salvador Illa, citado por la agencia de noticias AFP.

El número de casos de coronavirus en España superó este lunes los 800.000, incluyendo más de 32.000 muertos.

El Gobierno central y la región de Madrid se enfrentan por las decisiones que se deben tomar para frenar los contagios en la capital.

«En la salud, ustedes mandan pero no saben nada», afirmaron en un manifiesto 55 sociedades científicas que representan a más de 170.000 trabajadores del sector sanitario.

El texto, dirigido al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y a los presidentes de las 17 regiones de España, critica «el continuo enfrentamiento político», la «lentitud burocrática» y la ausencia de un «protocolo nacional» en un país donde la salud es competencia de las regiones.

El manifiesto también reclama «incrementar los recursos para investigación» y termina pidiendo «en nombre de más de 47 millones de españoles, ustedes y sus familias incluidos (…) cambiar ya tanta inconsistencia política, profesional y humana».