La decisión del gobierno israelí de mantener y reforzar las restricciones de acceso a la Explanada de las Mezquitas derivó en una marcha masiva hacia Al Aqsa y en la muerte de tres palestinos y casi 400 heridos en Jerusalén y Cisjordania.

La zona amaneció con un amplísimo dispositivo de la Policía, que expulsó a la prensa de puntos cercanos al complejo, como la Puerta de los Leones.

Los disturbios se repitieron en distintos barrios del este de Jerusalén (territorio ocupado) y en varios puntos de Cisjordania, incluidas las localidades de Qalandia, Hebrón, Belén y Tulkarem.

Ya por la mañana temprano, miles de palestinos marcharon hacia la Ciudad Vieja, en la ocupada Jerusalén Oriental, en respuesta al llamado del Waqf, fondo islámico que administra la mezquita de Al Aqsa a que los fieles se dirijan a ese centro de oración mientras las demás mezquitas de Jerusalén cerraban sus puertas, informó la agencia de noticias palestina Maan.

La Policía israelí restringió el acceso al complejo religioso a hombres mayores de 50 años y mujeres de todas las edades.

Todos los sectores de la política palestina convocaron a manifestarse en contra de las medidas de seguridad, desde Ismail Haniye, líder del movimiento islamista Hamas, hasta el presidente palestino, Mahmud Abbas, que acortó su viaje a China y tomó contacto con los líderes del mundo árabe.

Anoche, decenas de musulmanes lanzaran piedras y botellas de cristal contra la policía, en disturbios que dejaron un saldo de 22 palestinos heridos, según medios locales.

«Israel está decidido a mantener el statu quo en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas) y la libertad de acceso a los lugares santos», había indicado la oficina de Netanyahu, esta madrugada en un comunicado emitido tras cuatro horas de reunión con el gabinete de Seguridad.

El Ejército israelí puso ayer en alerta cinco batallones, por si fuese necesario intervenir en la ciudad. El fin de semana, luego de un ataque en el que murieron dos policías, Israel instaló detectores de metal en una de las entradas a la Explanada, que luego extendió a otras dos.

La medida desató la furia de los palestinos, que exigen su retirada y protagonizaron protestas en Jerusalén este y choques con la policía que dejaron decenas de heridos.