El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, volvió a agitar hoy el fantasma del fraude en un acto en Pensilvania, luego de una semana de exabruptos en la que señaló al presidente, Barack Obama, como «fundador» del grupo extremista Estado Islámico, y llamó a los defensores de la libre posesión de armas a «frenar» a su rival para las elecciones de noviembre próximo, Hillary Clinton.

«La única manera que tienen de ganar aquí, en mi opinión -y lo pienso 100% en serio- es si en ciertas zonas del Estado hacen trampas», dijo Trump durante un acto en Erie, en el interior de Pensilvania, informó la agencia EFE.

El interior de Pensilvania es una de las zonas más afectadas por la desindustrialización en Estados Unidos, habitadas por un alto porcentaje de blancos, es donde más cala el mensaje de Trump.

Pese a ese caldo de cultivo, los sondeos sitúan a la candidata demócrata, Hillary Clinton, con un claro margen de hasta diez puntos en este Estado.

La de hoy no es la primera vez que Trump insinúa un eventual fraude en noviembre. Hace una semana afirmó en Ohio, otro estado clave: «Me temo que la elección va a estar amañada, tengo que ser honesto» e instó a los republicanos a «tener cuidado».

Además, el martes pasado llamó a los defensores de la Segunda Enmienda -que defiende el derecho constitucional al portar armas- a frenar a Clinton, en un mensaje que fue leído como un llamado a la violencia y que el magnate debió salir a corregir.

Sin embargo, dos días después volvió a encender la polémica al afirmar que Obama era el fundador del grupo Estado Islámico y que Clinton era la cofundadora, durante un acto de campaña en el estado de Florida.

Ese mismo día confirmó sus dichos al ser consultado por un periodista, pero al día siguiente criticó a los medios por tomarse «tan seriamente» sus declaraciones que habían sido «sarcásticas».

Las afirmaciones de Trump generaron un amplio rechazo en el espectro político estadounidense y causaron la burla del propio presidente.

«Que el señor Trump sugiera que hay una conspiración en todo el país, incluido en estados como Texas, donde los demócratas no están al cargo, eso es algo ridículo», señaló Obama, al recordar el mínimo control del gobierno federal en los mecanismos electorales.

«Si Trump llega al día de las elecciones con 10 ó 15 puntos de ventaja (en las encuestas) y acaba perdiendo, entonces podrá elevar algunas dudas, pero eso por el momento no pasa», añadió Obama.