Las derrotas en la única contienda del martes de los favoritos en las primarias de los partidos Republicano y Demócrata dieron a sus respectivos rivales, Ted Cruz y Bernie Sanders, un impulso de moral y de delegados.

Para Trump, especialmente, significa un duro freno en su ascenso a la nominación republicana y aumenta la probabilidad de una convención partidista abierta, con resultados impredecibles.

«Fue un punto de inflexión, creo, en toda la elección», dijo Cruz a periodistas el miércoles en Nueva York.

La campaña de Trump achacó la derrota a un movimiento anti Trump que «ha gastado millones de dólares en propaganda falsa» para detenerlo.

«Ted Cruz es peor que un títere, es un caballo de Troya usado por los jefes del partido en un intento de robarle la nominación al señor Trump», señaló en un comunicado la campaña del empresario de 69 años.

A pesar de la derrota, Trump continúa a la cabeza de la carrera republicana con 746 delegados frente a 510 para Cruz y 145 para el gobernador de Ohio, John Kasich.

Trump necesita obtener 1.237 delegados antes de la convención republicana de Cleveland (Ohio, norte), del 18 al 21 de julio, para asegurar la nominación en la primera ronda, o de lo contrario prepararse para un combate.

Mientras, la élite del partido republicano y las fuerzas anti Trump hacen todo para que Cruz, campeón del movimiento ultraconservador Tea Party y la derecha religiosa, pueda negar al empresario neoyorquino ese «número mágico».

El suspenso deberá durar hasta las últimas primarias del 7 de junio, especialmente la enorme California.