Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, respectivamente, se reunieron hoy por primera vez, en la ciudad alemana de Hamburgo donde participan de la cumbre de líderes del G20, con el republicano diciendo que espera «cosas muy positivas» y su par ruso manifestándose esperanzado de que el encuentro dé «resultados».

En una pausa de la reunión en la que se dirigió a los periodistas, el mandatario estadounidense dijo que la charla entre ambos había estado «muy bien» y que espera que «muchas cosas muy positivas», tanto para Estados Unidos como para Rusia y todo el mundo, sucedan a raíz de esta reunión.

Putin, por su parte, dijo estar esperanzado en que de este encuentro surjan «resultados», además de decir que estaba «encantado» de haberse entrevistado finalmente en persona con su par estadounidense. Trump agregó que confía en que los contactos al más alto nivel entre Washington y Moscú prosigan tras esta primera reunión, mientras Putin destacó ciertas cuestiones críticas, solo se pueden abordar personalmente.

Ambos líderes estrecharon luego sus manos durante unos segundos ante las cámaras en un apretón neutro, firme pero breve, muy diferente a otros del presidente estadounidense que han dado lugar a multitud de comentarios.

Sus declaraciones a los medios se produjeron dentro de la sala donde tuvo lugar la bilateral, con ambos sentados en sendos sofás blancos, separados por una mesa con unas flores, y con la presencia tan sólo de dos traductores, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson.

La esperada reunión entre los dos líderes llegó después que Trump reafirmase ayer en Varsovia el compromiso de su país con la defensa del centro y este de Europa y criticase la actividad «desestabilizadora» de Rusia en Ucrania y su alianza con «regímenes hostiles» como Siria e Irán.

Además, el mandatario norteamericano se ofreció a vender gas barato a los países del centro y este de Europa para evitar ser «rehenes» de un sólo proveedor de energía, en una clara referencia a Rusia, el principal y casi único suministrador de gas a esas naciones.

Sin embargo, Trump evitó condenar la interferencia de Rusia en las elecciones del año pasado en su país, reacio a poner en duda la legitimidad de su triunfo ante las sospechas de que los responsables de su campaña se confabularon con háckers rusos para perjudicar a la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.