Un buque chino de investigación ingresó este martes al puerto de Hambantota, en el sur de Sri Lanka y administrado por China, pese a la preocupación de India de que el hecho pueda encubrir una operación de espionaje, y por Estados Unidos, interesado en todo ejercicio de influencia china en la región

El navío «Yuan Wang 5» fue recibido en el puerto por bailarines y percusionistas tradicionales, así como varios diputados situados en una alfombra roja y hombres agitando banderas de ambos países.

El embajador de China en Sri Lanka, Qi Zhenhong, presente durante el acto, dijo que eran «intercambios normales entre dos países».

«China y Sri Lanka disfrutan de una gran amistad», acotó, informó la agencia de noticias AFP.

El buque ingresó este lunes en la Zona Económica Exclusiva de Sri Lanka y permanecerá durante siete días con fines de reposición, según medios locales.

Después de consultas con India, Estados Unidos y China, Sri Lanka permitió al buque atracar y quedarse a condición de no realizar ninguna investigación, dijeron las autoridades portuarias.

El buque también deberá mantener su Sistema de Identificación Automática dentro de la zona económica exclusiva de Sri Lanka.

Aunque las webs especializadas lo describen como un «buque de investigación y estudio», la cadena india CNN-News18 asegura que se trata de un barco de rastreo espacial y satelital y usado para lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales.

En Pekín, el ministerio de Asuntos Extranjeros aseguró que las actividades de investigación marina del Yuan Wang 5 eran «conformes al derecho internacional» y «no vulneran la seguridad ni los intereses de ningún país», según el portavoz Wang Wenbin, quien agregó que «terceros países no deben inmiscuirse».

El Yuan Wang 5 dejó el puerto chino de Jiangyin el 13 de julio y debía hacer escala en Sri Lanka el 11 de agosto, pero las autoridades del país pidieron a China aplazar la visita ante las objeciones de India.

Finalmente, el sábado autorizaron su entrada.

India recela de la creciente presencia de China en el océano Índico y de su influencia en Sri Lanka, que se ha endeudado fuertemente con Beijing para el desarrollo de grandes proyectos de infraestructuras.

De hecho, en 2017, Sri Lanka se vio incapaz de reembolsar el préstamo de 1.400 millones de dólares brindado por China para construir el puerto de Hambantota y terminó cediéndolo a una empresa china para 99 años por 1.120 millones.

Con una deuda exterior de 51.000 millones de dólares, Sri Lanka se encuentra hundida en una grave crisis económica y se declaró en quiebra a mediados de abril al no poder cumplir con sus obligaciones financieras.

China es el principal acreedor de Sri Lanka, con más de 10 % de la deuda externa de la isla, y su apoyo es esencial para que esta isla reestructure su deuda externa antes de conseguir un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI).

A principios de mes, las autoridades del país insular trataron de tranquilizar a India asegurando que el barco chino solo atracaba para reabastecerse y que no realizaría ninguna actividad durante su estancia.

India advirtió contra «toda incidencia sobre la seguridad y los intereses económicos indios» y advirtió que tomará «todas las medidas necesarias para salvaguardarlos».

Un día antes de la llegada del navío, India donó a Sri Lanka un avión de vigilancia Dornier 228 para mejorar su capacidad de vigilancia marítima.

La isla de 22 millones de habitantes sufre escasez de comida, carburante y medicamentos desde finales del año anterior por la falta de divisas extranjeras para pagar las importaciones.