El jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, en primera línea del frente en Ucrania, aseguró hoy a través de un video en la red Telegram que tiene «prácticamente rodeada» la ciudad oriental de Bajmut, y pidió al presidente ucraniano Volodimir Zelenski que retire a sus tropas.

«Las pinzas están cada vez más apretadas», dice con uniforme militar y hablando desde la parte más alta de un edificio Yevgueny Prigozhin, en referencia al movimiento militar que se efectúa para rodear a los combatientes enemigos.

Los hombres contratados por Prigozhin han encabezado por varios meses el asalto a esta disputada ciudad ucraniana, cuya conquista buscan para ser usada como punta de lanza para aspirar a ciudades más grandes, como Kramatorsk y Sloviansk.

La ciudad se ha convertido en un símbolo de la guerra, por ser el epicentro de los combates entre rusos y ucranianos desde hace varios meses.

«Si antes nos enfrentábamos a un ejército ucraniano profesional, que luchaba contra nosotros, hoy vemos cada vez más personas mayores y niños. Luchan, pero su vida en Bajmut es corta, un día o dos», advirtió Prigozhin.

El combatiente se dirige a Zelenski para sugerirle que le dé a los ucranianos que quedan aun defendiendo la ciudad «una oportunidad para abandonar» Bajmut, e insiste que a las unidades de Kiev solo les queda una ruta disponible para suministros.

El video muestra luego a tres personas, un hombre mayor y dos jóvenes, que piden a Zelenski, frente a la cámara, que les permita marcharse.

El mando militar ucraniano admitió el martes que la situación era «extremadamente tensa» en esa ciudad ante el empuje ruso.

El mismo día, Zelenski había constatado un aumento de «la intensidad de los combates» alrededor de la ciudad, que contaba con unos 70.000 habitantes antes del conflicto y que, según las autoridades locales, hoy apenas llegan a unos 4.500.

El Estado Mayor ucraniano no dio precisiones hoy sobre la situación en Bajmut y se limitó a señalar que el ejército había repelido 85 ataques rusos en el conjunto del frente en las últimas 24 horas.

Las declaraciones del jefe del grupo Wagner se producen un día después de un incidente en la región rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania, que Moscú atribuye a una incursión de saboteadores ucranianos.

Según los servicios de seguridad rusos, el grupo disparó a un coche y mató a dos civiles e hirió a un niño en el pueblo de Liubechane, justo en la frontera con Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró hoy que Moscú «tomará medidas» para impedir futuras incursiones ucranianas. «Se sacarán conclusiones después de la investigación», añadió Peskov.

El representante del Kremlin recordó que en Briansk, como en otros territorios fronterizos, se mantiene un nivel de alerta especial.

La presidencia ucraniana desmintió las afirmaciones y dijo que el incidente fue una «provocación deliberada» por parte de Rusia para justificar su invasión.

Las autoridades rusas reportaron esta semana varios ataques con drones ucranianos en Crimea, la península anexada por Rusia en 2014.

Por primera vez, un dron se estrelló en la región de Moscú, sin causar daños ni víctimas.

Varias fuentes de las fuerzas del orden, citadas por la agencia Tass reportaron la explosión de un dron en la región de Kolomna, a unos 100 kilómetros al sureste de Moscú.

En el frente diplomático, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe este viernes en Washington al jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, en una reunión que, según el portavoz del canciller alemán, tuvo por objeto debatir la evolución del conflicto en Ucrania y el apoyo que pueden prestar los aliados de Kiev.

Antes de este encuentro, Peskov cargó contra las entregas de armas occidentales a Ucrania, que -aseguró- «no tendrán un impacto decisivo en el resultado de la ofensiva (en Ucrania), pero sí es obvio que prolongarán este conflicto, con tristes consecuencias para el pueblo ucraniano».

«Constatamos la línea continua de Estados Unidos para aumentar el suministro de armas a Ucrania y persuadir a sus pupilos en Europa, es decir, los países de la Unión Europea, para que también aumenten los suministros», dijo ante la prensa.

Rusia envió notas de protesta a todos los países que suministran armas al país vecino.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, advirtió que cualquier cargamento con armas para Kiev se convertirá en un blanco legítimo para las Fuerzas Armadas rusas.

Paralelamente, en un comunicado, la cancillería rusa reiteró que continuará la operación militar hasta que Moscú obtenga los objetivos que se planteó.

«Está claro que la operación militar especial continuará hasta que se completen las tareas de desnazificación y desmilitarización de Ucrania y la eliminación de las amenazas a la seguridad que emanan de su territorio», señala el comunicado, citado por la agencia Sputnik.