Empleados de distintos sectores, como hospitales, escuelas, transporte urbano, aéreo y marítimo se sumaron este jueves a un paro convocado por los principales sindicatos de Grecia para reclamar servicios públicos eficientes, luego de un choque de trenes que dejó un saldo de 57 muertos y 85 heridos.

También participaron los controladores aéreos y marítimos, por lo que no hubo actividad en los aeropuertos y los barcos permanecían amarrados.

En tanto, decenas de miles de personas salieron a las calles a de todo el país para protestar y pedir por el esclarecimiento de la tragedia ferroviaria que se produjo en la ciudad de Larissa hace dos semanas.

El epicentro de las manifestaciones fue la ciudad de Atenas, la capital griega, donde hubo algunos disturbios por enfrentamientos entre civiles y las fuerzas policiales.

La huelga, que paralizó el país este jueves, había sido convocada por los sindicatos de los sectores privados, la Confederación Nacional de Trabajadores Griegos (GSEE) y público con la Confederación de los Sindicatos de Empleados Públicos (ADEDY).

El luctuoso accidente que generó estas protestas se produjo el pasado 28 de febrero, cuando un tren de pasajeros chocó frontalmente contra uno de carga al norte de la ciudad Larissa.

Por su parte, el primer ministro Myriakos Mitsotakis, admitió que el sector donde se produjo el siniestro no contaba con el sistema de seguridad correspondiente, pidió perdón y aceptó su responsabilidad en el hecho.

Este episodio perjudicó notoriamente a Mitsotakis, quien afronta una caída en la intención de voto de su partido -Nueva Democracia- con miras a las elecciones que se llevarán a cabo el 21 de mayo próximo.