Todos los años entre los meses de julio y agosto, muchos rosarinos y turistas se acercan a lo largo de las costas del río Paraná con el objetivo de lograr la captura y pesca con caña de la presa más deseada por todos como lo es la sardina y el pejerrey.

Desde muy temprano y con bajas temperaturas los aficionados se acercan todos los días al Parque de las Colectividades, frente al Monumento Nacional a La Bandera en donde tratan de lograr su más preciado trofeo.

En diálogo con Conclusión, algunos asiduos concurrentes expresaron que practican este deporte para despuntar el vicio. Otros en cambio, se acercan durante algunas horas porque es como una terapia y descarga a tierra para calmar sus problemas cotidianos. Pero también existen grupos de personas quienes en diálogo expresaron su preocupación al no encontrar un trabajo que los contengan y que van tres días por semana porque se quedaron sin su fuente laboral y es muy difícil en estos momentos conseguirlo. «Venimos a pescar para comer, señor, no tenemos trabajo», así lo resaltaron a Conclusión.

La sardina puede vivir hasta los diez años, si bien, alcanzan la madurez sexual, en verano, al año de vida. La talla máxima es de unos 25 cm, la talla común entre 15 y 20 cm con dos o tres años de edad y la talla mínima permitida para su captura es de 11 cm. Se alimentan, básicamente, de plancton y de huevos o peces en estado larvario.  La sardina forma grandes bancos de peces (llamados cardúmenes) que se mueven al unísono y que pueden alcanzar grandes dimensiones. Se organizan así como forma de defensa. Además, estos cardúmenes buscan siempre aguas cálidas y de alta salinidad.

Silvia Arranz, directora del Laboratorio Mixto de Biotecnología acuática del «Acuario Río Paraná» en diálogo con Conclusión destacó que «es un área del Centro Científico y Tecnológico Educativo perteneciente a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y al Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia de Santa Fe.

Bajo ese contexto, «la función del laboratorio es aportar datos científicos a la problemática de nuestro humedal, aclara Arranz. «Es un grupo nuevo que está creciendo y nosotros sí venimos trabajando distintas problemáticas y precisamente una de la especies que estudiamos es el pejerrey».

¿De dónde viene el pejerrey, «gran Paraná», y cuáles son su características?

Esta especie se pesca en esta época entre julio y agosto en el río Paraná. En un principio había creencias que venía del mar y que era una de las especies marítimas pero aclara la científica Silvia Arranz que «después de un arduo trabajo de investigación científica fundamentado y publicado en donde queda desterrada esa teoría y decimos que el pejerrey es igual al de laguna de agua dulce pero sí viene posiblemente viene del estuario del Río de La Plata buscando aguas menos salinas porque el estuario posee distintos grados de salinidad».

El porqué de la migración en esta época del año

«La realidad, todavía esa respuesta no la tenemos, lo que si sabemos que todos los ejemplares de gran porte se encuentran maduros sexualmente por eso es muy probable que vengan buscando las lagunas internas para desovar y criar sus larvas. No obstante ese estudio lo estamos haciendo actualmente y que tiene mucha importancia porque aumentar la presión de pesca en este momento que vienen a desovar es un problema desde el punto de vista de la conservación de la especie».

Por último, la recomendación de la científica, Silvia Arranz, fue muy importante al resaltar que «debemos regular el volumen de pesca como ocurre en esta época del año para conservar cualquier especie. Tenemos una ley que está en vigencia sobre lo que estamos hablando pero los controles no son tan sencillos al tener un río tan extenso».

TEMPORADA

Aunque se puede encontrar todo el año, las estaciones cálidas son la mejor época para la pesca de las sardinas (de mayo a octubre), puesto que es cuando las aguas superficiales son más cálidas, el plancton es más abundante y la sardina se sobrealimenta, engordando y acumulando gran cantidad de grasa, que acentúa su sabor y aroma. Son típicas las ‘sardinadas’ de muchos pueblos costeros de la geografía española, desde Galicia y toda la zona del Cantábrico.

No hay pez más emblemático de la provincia en Rosario y a lo largo de to el río Paraná que el pejerrey y la sarnina. Quizás por la cercanía de sus pesqueros, o por su apasionante desafío, lo cierto es que la “flecha de plata” mueve a infinidad de bonaerenses a las lagunas pampeanas y a un sinfín de porteños a aventurarse por el gran Río de la Plata tras su captura.

Esta especie y su pesca, tan particular y característica de nuestro país, ha generado técnicas específicas y modalidades tan particulares que se podría decir, es única en el mundo. Lo cierto es que genera tal pasión que son miles los que cada invierno son literalmente seducidos por esta pesca que exige mucha paciencia y gran dedicación.

Su pesca, caracterizada por la sutileza de los aparejos y la exigente atención, adquiere tantos matices como lugares de pesca, ya que cada ambiente demanda adecuaciones ineludibles. Y, aunque las revistas hablen casi exclusivamente de la pesca del pejerrey en las lagunas pampeanas y en el Río de la Plata, tanto que muchos creen que son los escenarios únicos para su pesca, hay tantos otros desde Jujuy hasta Santa Cruz y desde Mendoza hasta el mismo Mar Argentino.