Con el retorno de las actividades presenciales tras la pandemia, gran parte de la ciudadanía retomó su rutina cotidiana trasladándose por diferentes zonas de la ciudad y revitalizando a la mayoría del transporte público de Rosario.

Y se habla de mayoría, debido a que uno de ellos, el transporte urbano de pasajeros, no solo volvió a la normalidad sino que todos los días se suma una nueva problemática: la falta de frecuencia, el mal funcionamiento de la página web y la aplicación que informa los horarios de llegada del colectivo, y la convivencia entre las dos tarjetas, la Movi y la SUBE.

El servicio de transporte público, antes que comenzara la pandemia, contaba con 790 unidades, de las cuales funcionaban 711 de «manera correcta». Al día de hoy, meses despues de la vuelta a la normalidad, Rosario cuenta con 690 unidades operativas. Es decir 21 menos que antes de la crisis sanitaria.

El descontento de la gente por la falta de unidades y frecuencias se ve reflejado en la cotidianeidad de la ciudad. Tal es así que hace unos días, en el punto de venta de pasajes y tarjetas que se encuentra en el Centro Cultural Fontanarrosa, un grupo de personas discutieron de manera agitada por la mala atención que recibieron por parte de las personas encargadas del despacho de pasajes.

Conclusión le preguntó a la concejala Silvana Teisa, integrante de la comisión que tiene a su cargo el análisis y el seguimiento en la emergencia del transporte público de pasajeros, sobre estos problemas que sufren los usuarios de dicho servicio en Rosario.

En relación a la convivencia entre las dos tarjetas canceladoras de pasajes, la edila explicó que «estamos en un periodo de transición de aproximadamente 120 días donde están conviviendo la Movi y la SUBE. Pueden surgir problemas con algunas máquinas. Son 700 canceladoras que se han colocado en el transporte público de la ciudad. Estamos percibiendo que en algunas líneas en particular puede haber inconvenientes en la canceladora de la SUBE, pero queremos llevar tranquilidad a los vecinos de que nosotros sabíamos que íbamos a necesitar este tiempo de transición y se está trabajando constantemente en ir ajustando estas cuestiones«.

La concejala explicó la necesidad de dar un salto en cuanto al mejoramiento de la frecuencia: «Hoy Rosario cuenta con 690 unidades. Ni siquiera logramos, comparando con la pre pandemia, llegar a las unidades que teníamos en aquel momento que eran 711 a disposición, de 790 unidades. Hoy tenemos 690 operativas».

«El intendente Pablo Javkin, en el mes de noviembre cuando logramos salir de la emergencia del transporte luego de un año de reclamos de nuestro espacio, había anunciado la incorporación de 57 unidades para los primeros días de marzo, de las cuales solo se incorporaron 40, es decir que siguen faltando 17 unidades«, argumentó Teissa.

En relación a esta cuestión, la integrante de la comisión de transporte contó que «hace unas pocas semanas se nos comunicó desde el ente de la movilidad que se incorporarían estas unidades a mediados de abril. Eso puede ayudar un poco más con el tema de la frecuencia. En el medio, no olvidemos lo que sucedió con la Línea Q, que salió de circulación, y es muy utilizada por docentes y estudiantes de la Siberia. Nosotros notamos que en el transporte público siempre se da un paso para adelante y dos hacia atrás. Le pedimos al intendente que de una vez por todas entienda que debe ser la movilidad de Rosario una prioridad y, la verdad, no notamos que se trabaje en ese sentido. Constantemente estamos haciendo reclamos cuando debería ser el propio municipio quien ofrezca un servicio a la altura de las circunstancias».

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Por otro lado, Teisa celebró «la llegada de la tarjeta SUBE, que viene a transparentar el sistema porque vamos a saber en tiempo real cuántos coches tenemos en la calle, cuántos kilómetros recorren y cuántos pasajeros se suben al mismo. Y entendemos que trae beneficios para un gran abanico de personas que se suben al transporte público y eso inevitablemente va a mejorar la situación».

Y concluyó: «Mientras para el municipio no sea una prioridad la movilidad de nuestra ciudad, difícilmente se vean rápidamente los cambios«.

Para conocer la postura de la Municipalidad, Conclusión intentó contactarse con la secretaria de Movilidad, Nerina Manganelli, pero no hubo respuesta por parte de la funcionaria.