Por Alejandra Ojeda Garnero

El juicio por la muerte de Franco Casco ingresa en la recta final luego de quince largos meses de debate. Este jueves se sentaron frente al tribunal integrado por los jueces Otmar Paulucci, Ricardo Vázquez y Eugenio Martínez una persona que estuvo detenida en la comisaría séptima en el mismo momento que Franco Casco, y el comisario que realizó un informe preliminar sobre los videos donde se observa a Franco Casco.

Ariel Alejandro S., es una de las personas que se encontraba detenida en la comisaría séptima en el momento de los hechos. Hoy fue llamado a ratificar la declaración que brindó ante la Fiscalía Federal el 23 de septiembre de 2015, a poco de cumplirse un año de la muerte de Franco Casco.

El joven de aproximadamente 30 años se sentó frente al Tribunal y a una velocidad inusitada comenzó a responder las preguntas del fiscal Fernando Arrigo, quien tuvo que pedirle que hable más lento para poder entender las respuestas.

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Subsanado el inconveniente, el fiscal volvió al cuestionario calcado que formuló a todos los testigos que habían estado detenidos en la dependencia, que testificaron durante más de un mes entre fines de mayo y principios de julio del año pasado. Vale recordar que la teoría acusatoria, tanto de la Fiscalía como las querellas se basan en los testimonios de las personas detenidas, a pesar de la profusa prueba, que se ventiló durante el debate y que ya constaba en el expediente y que fue ratificado por todos los peritos que declararon en esta etapa del proceso, que afirma que Franco Casco murió por asfixia por sumersión, es decir ahogado y que en su cuerpo no se observaron signos de violencia.

– ¿Estuvo detenido en la comisaría séptima de Rosario?
-Si
– ¿En qué fecha?
-No, no acuerdo, pero 3 de marzo de 2012, dos años y medio.
– ¿Recuerda o tomó conocimiento de que Franco Casco haya estado detenido en esa comisaria?
-Si, recuerdo que estaba ahí. Yo no lo vi, estaba detenido ahí. Según las noticias sé que estuvo detenido ahí.
– ¿Lo escuchó?
-No, no lo escuché
-Mencionó que se enteró por las noticias ¿A qué se refiere?
-Escuché que estaba ahí, cuando salí en libertad escuché eso.
– ¿Recuerda que hayan ido funcionarios a la comisaría a preguntarle por Franco Casco?
-No
– ¿Recuerda haber declarado en otra oportunidad?
-Si, me acuerdo. Pero no me acuerdo lo que dije, hace mucho tiempo.
– ¿En el tiempo que estuvo en la comisaria recuerda haber escuchado gritos?
-Ahí adentro se escuchan gritos, no recuerdo el horario, pero gritan
– ¿Alguien lo amenazó?
-No
– ¿Tiene miedo de lo que está declarando?
-No

Luego del interrogatorio, el fiscal procedió a refrescarle la memoria con la lectura de la declaración que consta en el expediente. El testigo reconoce su firma, pero asegura que no recuerda nada de dicha declaración.

Previo a la lectura se le exhibe el croquis de la comisaría para que ubique en qué lugar estaba alojado y dónde estaba Franco Casco.

Croquis de la comisaría séptima

Croquis de la comisaría séptima

«Creo que había dos penales, yo estaba de este lado (señalado con el número 1). Al lado había un lugar de detención, era más chiquito. No sé donde está, al lado, donde te mantienen incomunicado. No tenía un nombre y ahí alojaban a los que estaban incomunicados. Yo estuve un tiempo ahí, no tenía ventanas, ni sanitarios. Desde el 3 de marzo estuve detenido ahí, un par de días incomunicado», se explayó el testigo.

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El fiscal consultó:
– ¿Le pegaron cuando estuvo ahí?
-No.

En la primera pregunta surgen las diferencias en la declaración. El testigo dijo que estuvo detenido en la comisaría séptima desde el 3 de marzo de 2012 por el término de dos años y medio, y en el expediente consta otra fecha.

Luego, el fiscal volvió sobre el interrogatorio, lee la respuesta que dio oportunamente a la pregunta sobre la presencia de Franco Casco o Franco Godoy en la comisaría y cuál fue la causa de detención.

El testigo respondió: «No recuerdo».

También se le consultó si podía escuchar los movimientos que suceden en la celda de incomunicados desde el penal uno, donde estaba alojado el joven.

A pesar de la lectura detallada, el testigo no logró aclarar su memoria, y la respuesta volvió a ser contundente, «no recuerdo lo que declaré».

El fiscal continuó con el interrogatorio, a pesar de la falta de memoria del testigo. Esta vez lo interrogó sobre el trato policial luego de ocurridos los supuestos hechos.

La respuesta se repitió, «no recuerdo esa declaración», sentenció el testigo.

Tratando de buscar una respuesta que se ajuste a la teoría acusatoria, el fiscal continuó refrescando la memoria del testigo, para que responda sobre quiénes estaban en la comisaría esa noche.

Nuevamente, el testigo dijo «no recuerdo».

Ante una nueva pregunta del fiscal para que el testigo recuerde su declaración, volvió a leer, esta vez para saber qué podía observar desde su lugar de detención.

Nuevamente la respuesta fue: «No recuerdo».

Luego le consultó sobre los nombres de los policías que se encontraban esa noche en el transitorio.

«No recuerdo nada», expresó nuevamente el testigo.

La abogada querellante Evangelina Lardone de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, preguntó si estaba detenido, el joven aseguró que en este momento se encuentra en libertad.

También le consultó sobre el tipo de gritos que se escuchaban en la comisaría. El joven graficó que «son gritos, cualquier persona que está adentro grita porque se quiere ir».

El defensor Gesino le consultó sobre otro tramo de su declaración:

Nuevamente el testigo expresó «no eso no lo recuerdo».

Cabe recordar que varios de los testigos convocados oportunamente, no recordaron sus declaraciones, y uno de ellos aseguró que nunca había expresado lo que constaba en el expediente.

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El comisario Walter Félix Gamboa, fue el encargado de realizar un preinforme solicitado por el Ministerio público de la Acusación, en el marco de la causa por búsqueda de paradero de Franco Casco. En concreto, determinar si la persona que aparecía en una serie de videos era Franco Casco. El informe se realizó el 26 de noviembre de 2014.

El testigo relató que «no fue un informe pericial el que realizó, sino que me enviaron la foto de una persona detenida y unos videos para determinar si podía haber alguna relación entre la persona que aparecía en los videos y la foto de la persona detenida».

Gamboa explicó que no realizó conclusiones «porque es común en las labores periciales que realizo que se pida un informe previo para determinar si hay algún elemento que pudiera justificar realizar medidas posteriores. Creo que en este caso no hubo tales medidas, o al menos no me las pidieron».

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El informe detalla algunas medidas realizadas por el comisario Gamboa en el lugar, para determinar algunas dimensiones del lugar y de la persona que se observa en la imagen. «Recuerdo haber ido personalmente al lugar de detención para tomar medidas y a hacer relevamiento de los lugares que aparecían en los videos. Fue un informe preliminar porque el protocolo en estas situaciones requiere un informe de la sección escopometría para que tome las medidas de la persona y la sección planimetría para que tomen medidas en el lugar del hecho. Si lo hice yo es porque era una medida preliminar».

Puntualmente, el testigo explicó que realizó un estudio previo para determinar si «había elementos suficientes para pedir un informe con mayor profundidad», y ante esa situación «intervienen escopometría y planimetría», que son especialistas en esa materia.

En las imágenes se observa a una persona frente a una senda peatonal. El informe establece la estatura de la persona entre 1,75 y 1,80 metro. Se trata de los mismos videos en los que se observa a Franco Casco caminando por distintos sectores de la ciudad y que dos pericias indican que se trata de la misma persona.

El caso

Franco Casco llegó el 29 de septiembre de 2014 a visitar a familiares en Empalme Graneros, el 6 de octubre del mismo año, y a pocos días de haber llegado de Florencio Varela, su ciudad natal, abandonó la vivienda y su familia no tuvo novedades sobre su paradero hasta que el 30 de octubre, 22 días después, cuando su cuerpo fue hallado en las aguas del río Paraná.

Un total de 19 policías, que desde un principio sostienen su inocencia, están siendo juzgados por los delitos de desaparición forzada seguida de muerte y torturas, por lo que enfrentan una posible pena de prisión perpetua. Cinco de ellos están detenidos desde hace más de cinco años en prisión preventiva efectiva, en penales federales.

Son juzgados por los delitos de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima, imposición de torturas seguida de muerte a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, entre los cuales se encuentran el ex jefe de la seccional 7ª Diego Álvarez, junto a los efectivos Cecilia Ruth Elisabeth Contino, Walter Eduardo Benítez y Fernando Sebastián Blanco, en calidad de autores.

César Daniel Acosta, Guillermo Hernán Gysel, Cintia Débora Greiner, Rocío Guadalupe Hernández, Marcelo Alberto Guerrero, Enrique Nicolás Gianola Rocha y Esteban Silva como coautores del delito de desaparición forzada de personas agravado por la muerte del joven.

En el caso de Franco Luciano Zorzoli, Rodolfo Jesús Murúa, Romina Anahí Díaz, Belkis Elisabeth González, Walter Daniel Ortiz y Ramón José Juárez, son acusados como partícipes secundarios.

Además, los agentes de Asuntos Internos Pablo Síscaro y Daniel Escobar fueron acusados de encubrimiento.