La Cámara de Kiosqueros de Rosario solicitó a la Municipalidad que se extienda el horario de atención de estos comercios, ya que entienden que cerrar al mismo horario que los grandes supermercados “implica indefectiblemente el cierre definitivo” de varios locales.

Por tal motivo, la Cámara de Kiosqueros de la ciudad envió una carta al secretario de Desarrollo Económico y Empleo de Rosario, Sebastián Chale, donde pidieron que los kioscos que estén cerca de establecimientos educativos abran a las 7, y que el cierre para los que no están dentro de este radio sea a las 23.

El presidente de la Cámara de Kiosqueros de Rosario, Marcos Difilippo, precisó a Conclusión: “No podemos cerrar en el mismo horario que lo hace un gran supermercado porque nuestras ventas son después de ese horario, que es aproximadamente entre un 40% y un 50% de nuestra caja diaria, ya que el vecino llega de trabajar o se olvida de algún producto de primera necesidad y lo compra en el comercio de cercanía”.

Si bien el titular de la Cámara indicó a este medio que todavía no recibieron una respuesta por parte del municipio, advirtió que su intención no es “cuestionar ninguna decisión sanitaria”, pero de mantenerse este nuevo horario de funcionamiento (de 8 a 20), muchos kioscos de la ciudad y de la provincia podrían “cerrar definitivamente sus persianas, generando desocupación”.

En este sentido, señaló que el organismo que preside le pidió al municipio que “bajo protocolo gubernamental los kiosqueros puedan abrir a las 7, puntualmente los que están cerca de instituciones escolares, ya que han estado más de un año sin poder trabajar como corresponde y con una caída en las ventas del 80% aproximado, al no iniciar el ciclo lectivo 2020”.

En tanto, para aquellos kioscos que no estén cerca de escuelas, se pidió que horario de cierre sea a las 23, para que dichos comercios “trabajan con los vecinos de cercanía vendiendo productos de primera necesidad una vez que cierran los grandes supermercados”, según comentó Difilippo.

“Los kiosqueros no somos empresarios, a veces estamos entre trece y catorce horas en nuestros comercios, necesitamos trabajar la mayor cantidad de horas posibles, somos un sector que hemos sido no solamente golpeados en este último año por la pandemia, sino también en estos últimos cuatro años”, agregó el presidente de la Cámara, haciendo referencia al difícil momento que atraviesa el sector.

Por otro lado, destacó que los kioscos son “el último eslabón en la cadena de distribución” y ayudan a que “no haya desabastecimiento”, un hecho que para Difilippo beneficia tanto al comerciante como al consumidor.

Al respecto, ejemplificó que en caso de que el pedido de los kiosqueros tenga lugar, los vecinos van a poder recurrir al comercio de cercanía –lo que significa movilizarse unas pocas cuadras-, donde serán atendidos bajo protocolos, a través de una ventanilla y con distanciamiento social. De esta forma, el consumidor podrá adquirir un producto de primera necesidad “sin tener que ir a un gran lugar donde sí hay aglomeración de gente y más posibilidades de contagio”.

“Los kioscos hemos mutado en este último año. Vendemos productos de primera necesidad por lo tanto nos consideramos esenciales”, evaluó Difilippo.

En tanto, al ser consultado sobre el acceso a la mercadería y los aumentos en los precios, expresó: “En el inicio de la pandemia hubo desabastecimiento de muchos productos de primera necesidad, pero por el momento venimos bien. Por ahí es difícil conseguir algunas marcas en particular pero las reemplazamos por otras de segunda o tercera línea. Los aumentos son constantes, cada vez que aumenta el combustible a nosotros nos llega una lista diferenciada ya que al 90% de estos productos los distribuyen vehículos que utilizan combustible”.

Volviendo a su reclamo, el titular de la Cámara de Kiosqueros de Rosario concluyó: “Esperamos una respuesta positiva tanto de parte del municipio como de la provincia, como ocurrió hace un año atrás, para poder trabajar tranquilos y mantenernos en el rubro que nos da de comer todos los días”.