Las lluvias, a pesar de algunas apariciones esporádicas y tenues, siguen haciéndose desear en la región. La sequía genera una histórica bajante en el río Paraná, que a su vez, contribuye a incrementar los fuegos que se originan por las quemas en los terrenos de las islas.

Además, repercute en la navegación de los barcos que transportan mercaderías, por lo que las pérdidas económicas ya reportan cientos de millones en lo que va de la temporada. Solo hasta el mes de mayo las pérdidas llegaban US$244 millones en los los puertos del Gran Rosario, debido a que se resiente la navegación y carga máxima de los buques y barcazas.

Pero el panorama no es alentador. Desde SAT (Sistema de Alerta Temprana) afirmaron que si bien habrá un “recupero de las precipitaciones en septiembre o entre octubre y enero, ésto no va a alcanzar a cubrir el déficit que tuvimos esta temporada”.

Tendría que llover muy por encima de lo habitual para poder recuperar esas precipitaciones perdidas”, aseguró Jorge Giometti, de SAT, en diálogo con Conclusión. “Los suelos necesitan mucho mas de la media para revertir el estado y sean productivos”, detalla un informe de la entidad.

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Además, próximamente se avizora la llegada del fenómeno La Niña, que se trata de vientos fuertes desde el oeste, que genera una baja de la temperatura, por lo que se prevén pocas lluvias.

“Esto es debido al anticiclón permanente del Atlántico que ha bajado su temperatura con respecto al año pasado. Si uno mira los regímenes de lluvia, están más firmes sobre Uruguay y parte de Entre Ríos. Y no sobrepasan el centro oeste de la provincia de Santa Fe. Eso es lo que nos tiene abajo del régimen esperado de precipitaciones”.

El viento norte, cálido y húmedo, que nos trae precipitaciones, está viniendo más seco que de costumbre por los incendios en el Amazonas”, agregó Giometti.

“Al disminuir la selva, se observa un déficit en evapotranspiración, esto es el agua que vuelve a la atmósfera desde el suelo por la evaporación y lamtranspiración vegetal. Es la razón que desde el norte tengamos menor aporte de humedad, y por eso menores montos de lluvias”, aclararon desde SAT.

“En Argentina, durante el segundo semestre los mecanismos para generar lluvias dependen del ingreso de humedad y las circulaciones dinámicas de la atmósfera. El ingreso de humedad en esa época se basa en la que proviene del Atlántico por viento del este o por el anticiclón permanente, en la aportada por los efectos del Pacifico Ecuatorial Central (Niño o Niña)”, continuaron.

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“Y la otra fuente de humedad es la que proviene del norte, donde actúa el efecto del Amazonas. El viento Norte en éste segundo semestre, y sobre todo a partir de mediados de septiembre que es cuando más influencia tiene la circulación del Amazonas, transportará menos humedad y el efecto resultante es que algunos pulsos no solo provoquen sequía sino lluvias menores, como pulsos secos”, ampliaron desde SAT.

“Son varios factores al unísono que se dan para que no tengamos las precipitaciones necesarias. Estamos a un 40% por debajo de lo esperado para esta región. Esto sumado a que vamos hacia una Niña, por eso la sequía va a ser más intensa”, remarcaron. Aunque “dentro de la Niña hay efectos locales, donde hay precipitaciones”, dijo Giometti.

“El invierno ha sido más seco que lo habitual y se mantendrá así hasta entrado el mes de septiembre”, precisa el informe del grupo.

“El año pasado el Atlántico Sur fue el protagonista principal en el recupero del milimetraje de lluvias, pero éstas condiciones de calentamiento del Atlántico se han debilitado y no muestran cambios, éste sería el principal factor para que las lluvias se encuentren por debajo de lo normal”, concluye el informe.

Giometti agregó que los daños que se produjeron en el Amazonia son irreversibles y nos afectan directamente en nuestra región: “Hay ciclos naturales que en el planeta tierra se dan porque es un planeta vivo. Nosotros medimos en tiempos humanos que son muy cortos, y en el planeta los tiempos son demasiados largos. Pero en ese tiempo que está el ser humano, hacemos acciones que generan cambios muy violentos, por ejemplo, lo de la Amazonia, que se sabía que iban a quedar consecuencias y esto de la falta de las precipitaciones, es una consecuencia”.