Aumentos desmedidos en los últimos meses y un servicio, en muchos aspectos, deficiente preocupa a los usuarios del colectivo en Rosario. Es por eso que un grupo autoconvocado de usuarios conformó la Multisectorial en Defensa del Transporte y realizó su primera reunión presencial para debatir la situación y exigir respuestas al Municipio.

Desde el 5 de febrero, el boleto en Rosario pasó de costar $240 a $340. En doce meses, el pasaje aumentó un 343%, mientras que, en tan solo 45 días, la suba fue del 90%. Además, según la Multisectorial, hay barrios que, en algunos horarios nocturnos, las líneas dejan de funcionar. Los datos son respaldados por el último informe del Observatorio del Transporte, que señala que el 45% de las líneas no circula por la noche.

 

En el marco de esta complicada realidad, los integrantes del espacio comentaron que, anteriormente, al ser parte del Consejo Consultivo del Ente de la Movilidad, mantenían un diálogo constante con el Ente de la Movilidad, pero en los últimos meses el panorama cambió, y el intercambio se detuvo. Es por eso que solicitan reuniones informativas.

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“Tenemos proyectos, queremos hacer propuestas, pero no podemos hacerlo si no tenemos números reales, no tenemos información sobre la estructura de costos”, reclamó uno de los referentes de la Multisectorial, Claudio Gershanik, vecinalista de barrio Tablada.

“Queremos saber cuántos pasajeros suben, en qué se gasta. No sabemos cuánto de subsidios recibe la ciudad. Hay ordenanzas que las empresas privadas deciden no llevarlas adelante y no hay multas ni sanción”, denunció.

 

Por su parte, Alejandro Dino, vecinalista de barrio Sarmiento, evidenció los reclamos de los vecinos por la baja frecuencia de los colectivos en los barrios: “La gente ya volvió a trabajar de las vacaciones, se nota, y recibimos reportes de todos los barrios, todas las líneas, hay demoras de más de 35 minutos”.

Sobre la escasa frecuencia de las líneas en algunos barrios, dijo: “Hay un corte marcado de las 00 a las 2, a esa hora vuelven a arrancar, pero hay muy pocos servicios nocturnos. En lugares donde no pasan las urbanas como el corredor norte, pasan las interurbanas y el boleto es más costoso. Hay reclamos sencillos que están pendientes de resolución”.

A su vez, remarcan que, a raíz de la inseguridad, el transporte se ha resentido en muchas zonas: “Hay recorridos de seguridad nocturnos, con barrios aislados, las líneas no entran, pero los vecinos no saben, van a las esquinas, esperan y les roban. Hay muchos barrios que tienen recorridos de seguridad. El Ente no lo comunicó, entonces nos anoticiamos por los reportes de los vecinos”.

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Sobre esto, Gershanik, agregó: “La UTA decide a qué barrios se ingresa y a cuáles no. Reconocemos el derecho a la seguridad de los conductores, pero hay miles de usuarios que se quedan sin servicio. Tienen que tomarse remises hasta la parada para ir a trabajar. Para solucionarlo tenemos que hablar, tanto con el Ente como la UTA”.

Recorte a provincias

A los elevados costos del pasaje y la falta de frecuencia, se suma el corte de los subsidios por parte de Nación debido al ajuste impulsado por Javier Milei.

El Gobierno Nacional decidió, hace algunos días, disminuir el subsidio a las empresas prestatarias de Jurisdicción Nacional y eliminar el Fondo Compensador del Interior. Por lo tanto, usuarios solamente del Área Metropolitana de Buenos Aires recibirán el subsidio de forma directa en su tarjeta Sube.

En relación a esta situación, el intendente Pablo Javkin advirtió que la reducción de subsidios nacionales llevaría la tarifa de transporte a un monto superior a los 1.000 pesos. Dicha medida es entendida como un castigo a los Ejecutivos locales por la derrota parlamentaria que cosechó la Ley Ómnibus. En el medio, trabajadores, estudiantes y pasajeros en general, que experimentan aumentos cada vez más difíciles de pagar.