La feria «El Tanque» es una de las tantas ferias informales que funcionan regularmente en Rosario. Ubicada en barrio Toba, funciona a lo largo de las calles Rouillón y Maradona y en las diagonales, y se vende de todo: desde alimento fraccionado hasta muebles.

Sin embargo, a raíz de la cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus, la tradicional feria que ocupa 24 cuadras de extensión y que reúne a 30 mil personas por fin de semana, hoy está vacía y sin actividad. En consecuencia, todas las familias cuya economía depende de este mercado, están al límite.

Te puede interesar: Clubes de Rosario padecen la cuarentena con robos y destrozos

“La gente ya no tiene fondos”, reconoce en diálogo con Conclusión Mary Cáceres, quien desde hace 12 años acude todos los fines de semana a la feria.

 

https://twitter.com/ConclusionRos/status/1248599856307933184

Y si bien admitió que la Municipalidad “nos dio una mano con un bolsón de mercadería” aún no es suficiente: “Teníamos la esperanza de recibir algún subsidio nacional para los vendedores informales como nosotros, pero no obtuvimos ningún beneficio. A nivel provincial tampoco nos escuchan”.

Vivimos el día a día. La situación es terrible. Hay gente que recibió el bolsón de comida pero no tiene para cocinar, no tiene garrafas. Es una situación crítica, muy fea”, contó preocupada y agregó: “No hay plata para el pan, para la verdura, para la carne. La Municipalidad respondió a nuestra necesidad y nos dieron mercadería, pero falta lo esencial. No tenemos para comprar jabón, alcohol en gel olvidate”.

>Te puede interesar: Aislados en el fondo: cuando el hambre golpea la puerta y comer también es salud

En ese contexto, los vecinos que participan de la feria hoy realizaron una sentada y reclamaron para poder volver a trabajar, a pesar del aislamiento obligatorio.

“No queremos nada, solo nuestros puestos de trabajo. Que al menos una vez por semana o dos, nos dejen trabajar porque la situación es crítica”, cerró Cáceres.