El papa Francisco suspendió de sus cargos y ordenó la investigación de cinco funcionarios vaticanos, incluido el número dos de la Autoridad de Información Financiera (AIF), por la comisión de posibles fraudes económicos en perjuicio del denominado Banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR).

Según publicó hoy la revista italiana L’Espresso, el pontífice le ordenó a la Gendarmería vaticana la suspensión.

Entre los suspendidos, está Tommaso Di Ruzza, director y «número dos» de la AIF, el organismo encargado de velar por la transparencia de las cuentas vaticanas. Sólo se le permitirá el ingreso para controles médicos.

Este martes la Justicia vaticana allanó la Secretaría de Estado y la AIF en busca de documentos y aparatos electrónicos, según informó un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede. Los allanamientos se basaron en una denuncia de inicios del verano europeo hecha por las autoridades del IOR por «operaciones financieras hechas con el tiempo», sin mayores precisiones.

La investigación seguirá de cerca operaciones inmobiliarias hechas en Londres y otras ciudades en las que el Vaticano maneja inmuebles entre 2011 y 2017, según la revista L’Espresso.

El jefe de la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani, envió una comunicación a todo el personal interno del Vaticano y a la Guardia Suiza. L’Espresso publicó una fotocopia del documento, en el que figuran con sus fotos los cinco funcionarios suspendidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El personaje más conocido de los implicados en el escándalo es monseñor Mauro Carlino, que hace unas semanas fue nombrado jefe de la Oficina de Información y Documentación de la Secretaría de Estado.