El Papa Francisco suspendió todas las audiencias previstas para este viernes, incluida la reunión con el canciller argentino Santiago Cafiero, por “razones de salud”, según informó la oficina de Prensa del Vaticano.

Según pudo saber la agencia de noticias Télam, el Papa continúa aquejado de los dolores en su rodilla derecha, por los que ya se ha sometido a controles médicos para ver los pasos a seguir para su recuperación.

Francisco, de 85 años, arrastra el dolor en la rodilla derecha desde inicios de año y ya debió cancelar varias actividades en las últimas semanas.

El domingo, durante la bendición Urbi et Orbi que encabezó en la Plaza San Pedro ante más de 100.000 fieles, no pudo leer todo su discurso de pie y debió sentarse en medio del mensaje pascual.

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El sábado, en tanto, el dolor en la rodilla le impidió celebrar la ceremonia de la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, por lo que se limitó a leer la homilía, bautizar a un grupo de personas y siguió la misa sentado en un sillón.

Un día antes, Jorge Bergoglio tampoco pudo postrarse en el suelo de la basílica de San Pedro por la Pasión del Señor, durante el Viernes Santo, cuando la Iglesia recuerda el calvario y muerte de Cristo en la Cruz.

A causa del dolor, el Papa debió además ausentarse de la procesión del último Domingo de Ramos, el pasado 10 de abril.

Una semana antes, al regresar de un viaje de dos días a Malta, el Papa planteó en conferencia de prensa que su salud “es un poco caprichosa”.

“Tengo este problema en la rodilla que provoca problemas de deambulación, en el caminar, es un poco molesto, pero va mejorando, al menos puedo andar. Hace dos semanas no podía hacer nada. Es algo lento; veamos si vuelve a estar como antes, pero está la duda. A esta edad no se sabe cómo terminará el partido, esperemos que vaya bien”, aseveró entonces.

El 26 de enero, Francisco explicó por primera vez que tiene inflamado un ligamento en la rodilla que le obliga a reducir sus movimientos, aunque calificó a la dolencia como “algo pasajero”.

El año pasado, el Papa fue intervenido en el colon, en una operación por la que estuvo diez días internado en el hospital Gemelli de Roma, en el período más largo que pasó fuera de su casa de residencia Santa Marta desde que fue elegido pontífice en marzo de 2013.

A fines de 2020, suspendió algunas actividades por una “dolorosa ciática” que le traía molestias para desplazarse y caminar.