El rol de las asociaciones de Defensa del Consumidor: «Reclamar no siempre cuesta dinero»

En este sentido, la Unión de Usuarios y Consumidores “somos constituidas por la Constitución Nacional. El estado tiene la obligación de fomentar el desarrollo de este tipo de asociaciones. Nosotros Recibimos, recepcionamos, educamos e informamos a los consumidores. Es una herramienta poderosísima que tenemos. Mucha gente piensa que no va a poder llegar a ningún lado con el reclamo, sin embargo después nos dicen que lograron mucho más de lo que pretendían”.

Muchas veces los mismos consumidores «son los que no saben dónde funcionan o están estas asociaciones. La Unión de Usuarios Y Consumidores va a cumplir 30 años de vigencia, donde hemos pasado por privatizaciones, tarifazos, todos los colores de gobiernos, políticas a favor de los consumidores o políticas de abandono”.

Con el tiempo se puede observar que no solo ha cambiado la respuesta al reclamo sino de qué manera se empodera ese consumidor, «que luego multiplica dando a a conocer  que existimos. Aclarando además que reclamar no siempre cuesta dinero”.

«Una de las cosas que tenemos prohibido las Asociaciones de Defensa del Consumidor por ley es tener cualquier tipo de actividad comercial. No somos estudios jurídicos en cubierto, es decir que no cobramos honorarios. En una acción, se realiza la carta documento que la confecciona un profesional y lo único que paga el consumidor es el gasto de envió de esa carta al Correo Argentino. Para todo lo otro, ya sea llamados, enviar mail, sacar fotocopias, etc, lo hacemos nosotros”.

Hay más de cincuenta asociaciones a nivel nacional. “Es un trabajo que se da de manera invisible. Detrás de los reclamos legales estamos abogados, pero trabajamos con ingenieros, técnicos veterinarios, entre otros, porque es interdisciplinario”, sostuvo Vaccaro.

Este tipo de asociaciones han sido protagonistas en momentos históricos del país, como por ejemplo en la época en donde se pretendían dolarizar las tarifas, «en este contexto actual, cuando se iniciaron acciones colectivas para frenar los aumentos desquiciados, ninguna de ellas tuvo respuesta porque lo quieren solucionar de manera individual. Esto representa un ataque muy claro, porque en una sociedad de consumo, donde el mismo se da de manera masiva, la respuesta debería ser colectiva y no individual, en una suerte de sálvense quien pueda”.

En cuanto al accionar y competencia la doctora agregó, «por ley nosotros podemos actuar en todo lo que tenga que ver con una relación de consumo. Esto quiere decir que tiene que haber una interrelación entre el proveedor y el consumidor, como puede ser telefonía, medicina prepaga, seguros, contratos donde hay una empresa y un consumidor.”

En tanto, «no tenemos injerencia entre reclamos de vecinos o contratos entre particulares (dueño e inquilino). Lo que no quita que podemos brindarle asesoramiento desde nuestro conocimiento profesional, pero no podrá ser tramitado a través nuestro ya que no tenemos competencia”.

En cuanto a la necesidad de concientizar agregó que «hay fenómenos de los que nadie habla, que desde las asociaciones tratamos de poner en agenda. En este sentido, sostenemos que como hay consumos problemáticos, la adicción al consumo es un problema del que nadie se ocupa. Hoy en día estamos pasando de consumir por necesidad a consumir por satisfacción. Esta situación es producto de la publicidad y de las técnicas de comercialización. Si nos pusiéramos a reflexionar sobre todos y cada uno de los consumos que hacemos en el día, puedo decirte que solo el 10% fue por necesidad”.