Por Andrea San Esteban

La reunión del grupo de los 20 países desarrollados se dio cita en los primeros días de septiembre en Hangzhou, República Popular China. Más allá de su formal declaración final, propiciando la revolución tecnológica, el acceso a la economía digital y la repetida exhortación a la libertad de comercio, puede inferirse por el tono de las declaraciones diplomáticas que la guerra económica no declarada sigue su curso.

Conclusión dialogó con el doctor Néstor Forero*, auditor de la Deuda Externa Argentina y director del Departamento de Economía y Contabilidad de la Universidad Nacional del Oeste de Buenos Aires, quien sostiene que “el eje central del G20 pretendía encubrir la resignación de soberanía tanto financiera como tributaria en nombre del Orden Mundial. No es ociosa la no mención de la soberanía monetaria financiera y económica cuando se habla de sustentabilidad de los países, la que sólo definen como soberanía alimentaria y energética”.

El lema de esta cumbre fue “Hacia una economía mundial, innovadora, dinámica e inclusiva” pero parece no haber tenido nada de eso, sino lo que llama “guerra económica”. ¿De qué estamos hablando Dr. Forero? 

“En esta guerra económica no declarada, lo que está en juego es quién le dará trabajo a su población y qué grado de calidad tendrá ese trabajo. Atendiendo a las diversas manifestaciones públicas contra los paraísos fiscales (hace poco el economista francés Gabriel Zucman propuso el inicio de una guerra económica declarada por Alemania y Francia, en conjunto contra Suiza, hasta tanto ésta levantara el secreto bancario que perjudica las finanzas de ambos países), la coordinación contra esos países de baja o nula tributación avanza, aunque tiene un límite fijado por la correlación de fuerzas. Ni la legislación norteamericana que facilita el oscurecimiento de cualquier propiedad y o la City de Londres, principal base de sustento político y económico de los paraísos fiscales, son mencionados como responsables de la fuga sistemática de los capitales que evaden los sistemas tributarios locales”.

¿Hay secreto bancario en paraísos fiscales?

“Un estudio del Senado norteamericano, realizado hace ya unos años, exponía que un tercio de la riqueza que se producía en el mundo se alojaba en estas verdaderas guaridas fiscales, y que de ser posible cobrar a esos capitales evadidos  una tasa de impuesto del 30%, la recaudación permitiría erradicar la pobreza en el mundo”.

Pensando en la posibilidad de que los principales países mundiales se nieguen a colaborar, el catedrático expresa que “mientras ello no ocurra, por falta de una verdadera colaboración mundial, la guerra económica no declarada seguirá su curso, en donde ni China, ni Rusia ni Europa misma, tolerarán someterse a ejercer papeles secundarios en el reparto del poder en el mundo. El Poder Mundial Globalizado que propugnan distintas usinas mediáticas, académicas y políticas, como la única solución posible al problema económico y social del planeta, trae aparejada la consecuente disminución de la población mundial y de inmensas mayorías en condiciones de descarte. Dentro de la agenda que propician, pretenden que los países se sometan a resignar soberanía tanto financiera como tributaria en nombre del Orden Mundial”.

¿Nada se indica de la parte inclusiva que aludió la convocatoria?

”No es ociosa la no mención de la soberanía monetaria financiera y económica cuando se habla de sustentabilidad de los países, la que sólo definen como soberanía alimentaria y energética. Aquellos países que no logren esa doble soberanía (alimentaria y energética) serán considerados como no sustentables y sujeto su existencia a un protectorado de esta o aquella corporación internacional”.

La moneda y el crédito desde siempre han sido considerados como los pilares de la soberanía económica de las naciones.  ¿Qué lugar ocupan hoy?

“Sin ellos no es posible la independencia política ni mucho menos la justicia social. Hoy ambas (moneda y crédito) no figuran en la agenda pública de aquellos que quieren imponerle sus condiciones al mundo. Se ha vuelto a hablar de monedas sociales y a ponderar los beneficios de mayor autarquía de diversos grupos o sectores emisores. En momentos de una larga crisis de los estados- nación y de la continua licuación de su poder de imperio o soberano, estas monedas sociales, más allá de las buenas intenciones, intensifican esa licuación de poder, atomizándolo, precisamente cuando la guerra económica se intensifica y se manifiesta a través de tipos de cambio, competencia tributaria y puestos de trabajo. Pero aún dentro del grupo de los G 20, las contradicciones de intereses no permiten avanzar en acuerdos más profundos e institucionales como los tratados TTP (Acuerdo transpacífico de cooperación económica) y TTIP (Asociación Transatlántica para el comercio y la inversión), verdaderas amenazas a las democracias y a la pauperización de sociedades enteras, a favor de unos pocos”.

 

* Auditor de la Deuda Externa Argentina y director del Departamento de Economía y Contabilidad de la Universidad Nacional del Oeste de Bs. As. Denunciante en el año 2005 de la incorporación de las Islas Malvinas como territorio de ultramar en la Constitución Europea.