La Unidad fiscal Amia insiste en identificar a una de las víctimas del atentado ocurrido en 1994, que sigue enterrado como NN y sobre la cual se hará un cotejo de huellas a nivel nacional e internacional, ya que no se descarta que se trate de un terrorista.

Fuentes judiciales informaron que una de las víctimas del atentado sigue sin poder ser identificada, y recientemente desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, informaron sobre el resultado negativo de un cotejo de huellas que hicieron con el registro que tiene Policía Federal.

El cuerpo, que hasta el momento nunca fue reclamado por ninguna familia, fue cotejado con huellas, estudios genéticos y por medio de reconocimiento de familiares de víctimas, pero fracasó.

Fuentes judiciales informaron a NA que la Unidad AMIA intentará una identificación mediante cotejo de huellas con las policías provinciales, y también con el pedido a países limítrofes, ya que en la entidad cuando explotó la bomba había un conjunto de obreros trabajando oriundos de aquellos lugares.

Incluso, los investigadores especulan con que más allá que el cuerpo NN está casi intacto, lo que supone que la bomba no explotó cerca suyo, no se descarta que pueda tratarse del terrorista suicida.

También a más de 20 años sigue el intento para dar con una persona desaparecida por la explosión, perteneciente a la comunidad judía, y que su familia denunció que estaba en la bolsa de trabajo de la AMIA al momento del hecho.

Se intentará una compulsa a nivel nacional y también se intentará identificar restos humanos que aún se desconocen si son de víctimas ya identificadas, o bien de otras personas hasta ahora no incluidos en el listado de muertos.

Paralelamente, desde la Unidad AMIA a cargo de los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum, Patricio Sabadini y el coordinador Juan Murray, se sigue con el análisis de documentación desclasificada por la Agencia Federal de Inteligencia (ex-SIDE).

Son tres depósitos que contienen todo tipo de documentación, escuchas telefónicas y distintos soportes que hasta ahora se desconocían, por lo que se hará un trabajo de clasificación y hasta restauración.

Es que según informaron fuentes del caso, parte de la documentación está en pésimo estado de conservación, a tal punto que en uno de los lugares –cuya ubicación se resguarda por seguridad- las cajas con papeles están rodeadas por ratas, cercadas por charcos de agua y hasta se advirtió la presencia de líquidos cloacales.

Para lograr un trabajo de restauración de la documentación y acondicionarla, se convocará a un equipo interdisciplinario de unas veinte personas que llevarán adelante un trabajo que se estima en no menos de seis meses.