Por Marcelo Chibotta

Criticado y alabado, pero nunca desapercibido. Agustín Rossi se desempeña por estos tiempos como legislador del Parlasur después de haber sido uno de los referentes políticos de la provincia identificado sin medias tintas con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

El ex diputado nacional y ex ministro de Defensa dialogó con Conclusión sobre la posible intervención de efectivos de las Fuerzas Armadas en la custodia de los denominados objetivos estratégicos, según lo que se desprendió de las recientes declaraciones del secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco. Tampoco quedaron afuera sus consideraciones sobre el impuesto a las Ganancias y el peronismo provincial, como así también sobre el blanqueo para parientes del gobierno nacional.

“Aclaro en primer lugar que no conociendo el texto legal por ahí se puede cometer algún error, pero en principio diría que es una decisión al borde de la legalidad, porque en el caso de que haya un intento de robo o que suceda algo de esas características, las Fuerzas Armadas no podrían actuar en cuestiones de seguridad interior, estarían solo a los efectos preventivos”, comenzó exponiendo Rossi.

Enseguida, consideró que “las leyes de Defensa y de Seguridad Interior son leyes fundamentales de nuestra democracia” y que “en estos treinta años, se consiguieron con amplios niveles de consenso y de apoyo, ambas casi por unanimidad”.

Por ello, agregó que “si el gobierno quiere modificarlas, directa o indirectamente, me parece lógico y razonable que no lo haga vía un Decreto de Necesidad Urgencia, sino a través de un proyecto de ley que tenga el debate parlamentario correspondiente y en todo caso si se quiere construir un nuevo consenso que el mismo se haga en base al debate del Parlamento y no de manera unilateral por parte del Poder Ejecutivo”.

“Y el tercer punto es el que me preocupa”, destacó con firmeza, “porque estimo que éste es un punto de llegada y no un punto de inicio, ya que el gobierno a través del presidente y de otras declaraciones, cíclicamente vuelve a involucrar a los militares en cuestiones de seguridad interior. Este es un paso inicial para terminar involucrando a las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interior, cosa que yo creo que es altamente inconveniente ya que en ningún país de América Latina donde esto sucedió mejoraron las cosas, al contrario, se espiralizó la violencia de la cual la sociedad fue víctima”.

En ese punto, el ex jefe de la bancada de diputados del FpV, recordó: “La experiencia indica que cuando las Fuerzas Armadas se involucraron en el combate contra el delito narco, la situación no ha mejorado ni en México, ni en Colombia, ni en el propio Brasil donde tienen una actuación un poco más acotada. Lo que sí aumentó fue la violencia y los niveles de corrupción hacia el interior de las Fuerzas Armadas. Hay un caso muy reconocido como el de Los Zetas, que es un escuadrón narco de México, que nació justamente de un sector del ejército que estaba combatiendo el delito narco”.

En otro orden, Rossi se refirió a uno de los temas que gana espacio en los medios por estos días:Lamento que el bloque del partido Justicialista no haya avalado la posición de la oposición de Diputados. Hay que partir de la base de que este es un gobierno cuyo presidente les prometió a los argentinos que ningún trabajador iba a pagar ganancias. Es un gobierno que le ha bajado la carga impositiva a los sectores concentrados de la economía, a los grandes grupos del sector agropecuario, a las mineras, han bajado impuestos a los bienes personales y resulta que cuando se trata de generar alivio fiscal a un sector de los trabajadores argentinos aparece el problema del déficit fiscal que promueve el mismo gobierno”.

“Los trabajadores tenían muchas expectativas que en la Cámara de Senadores se avance con el proyecto aprobado en Diputados pero ¿qué es lo que pasará?, la verdad es que pareciese que la presión que ejerció el gobierno sobre los gobernadores y algunos senadores, ha dado resultado y ha logrado frenar el proyecto”, completó.

—En virtud de aquello que se dice que los políticos favorecen a sus parientes cuando acceden al poder, ¿es comparable el decreto del presidente Macri que permite el blanqueo de capitales al nombramiento de su hija Delfina al frente del Banco Nación?

—Me parece que no son situaciones comparables, en todo caso sería comparable con la cantidad de familiares que ha nombrado Cambiemos en el gobierno. Lo que han hecho con el blanqueo de los familiares es algo absolutamente falto de ética y de transparencia, pero me parece que ello tiene que ver con el sector social de donde proviene el presidente Macri y los principales ministros que están acostumbrados y ven natural fugar capitales, a evadir impuestos, a tener empresas off shore o cuentas en el exterior. El blanqueo de los familiares tiene que ver con que el gobierno está lleno de funcionarios cuyos familiares, y ellos mismos, han hecho de la fuga de capitales una práctica cotidiana y ordinaria y que en ese sector de la clase alta argentina no tiene condena social. Lo que hicieron con Delfina fue un latrocinio. Ni algunos sectores del periodismo ni la oposición política actuaron de la manera que lo hicieron con Delfina, sin reconocer ninguno de los méritos que ella tenía. Quisiera ver si me traen a un funcionario de Cambiemos cuya designación haya merecido la felicitación al presidente de dos economistas internacionales como lo hicieron con Delfina cuando le mandaron una notificación a Cristina Kirchner.

—¿Cómo ve la marcha después de un año del gobierno de Miguel Lifschitz?

Me parece que lo que tiene el gobierno de Lifschitz es más plata que los anteriores, a partir de que se le han aumentado las transferencias nacionales desde el fallo de la Corte Suprema de Justicia. El nivel de exigencia que hay que tener sobre el gobierno al respecto de las inversiones en obra pública tiene que ser mayor y por el otro lado, sigue sin resolver el principal problema que ha tenido el socialismo con (Hermes) Binner y con (Antonio) Bonfatti que es la problemática de la inseguridad. Fijémonos lo que sucedió con el ministro (Maximiliano) Pullaro que anuncia que va a mentir en una conferencia de prensa sobre un hecho delictivo. Ciertamente me parece que la inseguridad sigue siendo parte de la gestión deficitaria del gobierno socialista que le costó reconocer y que cuando la reconoció, las políticas llevadas adelante no han logrado efecto.

—El diputado Federico Angelini dijo que el gobierno nacional de Cristina Kirchner discriminó a la provincia en las cuestiones de obras públicas, de economía y de seguridad. ¿Cuál es su reflexión acerca de ello?

—Es simplemente mentira. En la cuestión de la seguridad siempre hubo mayores efectivos de las fuerzas federales en la provincia de Santa Fe cuando nosotros éramos gobierno que ahora. La verdad es que cuesta encontrar a Gendarmería en la provincia de Santa Fe. Nosotros tuvimos un plan de 270 días con una presencia importante en la ciudad de Rosario que trajo un alivio enorme para los vecinos. La articulación en materia de seguridad entre el gobierno de Antonio Bonfatti y nuestro gobierno federal fue mucho más eficiente que los dichos, contradichos, cruces y contracruces que vemos permanentemente ahora entre las autoridades del gobierno provincial con las del nacional. La detención de los Lanatta y Squilacci en el verano ha sido un espectáculo poco edificante para los rosarinos y santafesinos que vemos como aumenta la inseguridad en cada uno de los lugares. En materia de obra pública, la presencia de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner ha sido muy fuerte, la circunvalación de Rosario se reconstruyó de nuevo, la autopista Rosario – Córdoba se terminó, la reparación del muelle que se cayó durante la intendencia del ingeniero Lifschitz se hizo el ciento por ciento con fondos nacionales, se hicieron escuelas nuevas, se repararon rutas nacionales, se invirtió en la hidrovía, se hicieron dos centrales térmicas, una en Timbúes y otra en el parque industrial de Sauce Viejo. Y puedo seguir hablando de una cantidad de obras que se han realizado sin contar lo que significó la inversión en la estructura edilicia de las universidades nacionales de Rosario y del Litoral.

—Ha decidido presentarse en la interna de un peronismo, que más allá del resultado de las últimas elecciones, no luce bien ya que viene siendo derrotado históricamente en la provincia. ¿Es tiempo de rever sus estrategias?

—Es cierto que lo bueno del peronismo fueron las últimas elecciones cuando demostramos que somos una fuerza política competitiva y que estamos en condiciones de disputar el poder político en la provincia de Santa Fe, en un escenario político reconfigurado con respecto al que era en los ‘90. Hoy hay cuatro fuerzas y no como cuando teníamos la ley de lemas que había dos grandes frentes en los que confluía más del 90 % de las expectativas de los santafesinos. El peligro es que tanto de parte del socialismo como de Cambiemos existe el intento de chuparse dirigentes de nuestro partido político y creo que el peronismo no tiene que ser furgón de cola ni de Cambiemos ni del Socialismo. Tiene que ser opositor a nivel provincial y a nivel nacional y tratar de construir una alternativa de poder propia. Y después están las Paso que permiten que las distintas miradas que hay dentro del Partido Justicialista o del frente que componga, puedan ser resueltas democráticamente. Hay que preguntarle a los peronistas si quieren un peronismo más opositor y que reconozca los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina y reconozca el liderazgo de esta última o quieren uno más conciliador, por ejemplo, con el gobierno de Mauricio Macri. Yo voy a estar en la postura de tratar de llevar al peronismo a una posición claramente opositora ya sea a nivel provincial como nacional y representar a aquellos sectores sociales que están siendo afectados directa o indirectamente por las políticas de Macri. Desde los industriales santafesinos hasta sectores del campo, a los que no se les resuelve su problemática con la baja plana de retenciones, a los científicos, a la comunidad universitaria, a los trabajadores.

No obstante el peronismo provincial está desencontrado con su historia de representatividad popular que en otro momento ha tenido…

—En la provincia de Santa Fe el peronismo tiene que definir qué proyecto le ofrece a los santafesinos, creo que ello exige una refundación o un nuevo proyecto inclusivo para el conjunto de la provincia de Santa Fe. A mi criterio el rol que tiene que ocupar el peronismo en Santa Fe es ofrecer una Santa Fe industrial, activa en el proceso de sustitución de importaciones, en la que se achiquen las desigualdades sociales de los grandes centros urbanos y también las que existen entre estos grandes centros urbanos y las regiones más periféricas de la provincia. Una mirada que aliente la instalación de industrias en aquellos lugares agropecuarios y que la incorporación de valor agregado se dé con mano de obra local. Una Santa Fe que pueda potenciar el desarrollo de su actividad científica y universitaria conectándola con el sector productivo para generar la transferencia de energía, de conocimiento de manera tal de mejorar el desarrollo científico y tecnológico en la provincia santa fe que termine de completar un plan de obras que unifique a la provincia con rutas transversales. De todas estas cosas tenemos que hablar los peronistas de Santa Fe para convocar a los santafesinos al sueño de refundar una nueva provincia

—¿Dónde estarían los límites de ese peronismo?

—Yo no le veo límites en cuanto a la convocatoria general al conjunto de la sociedad, después hay espacios políticos que son distintos al nuestro que tienen posiciones antagónicas o diferenciadas de las que venimos planteando. Una cosa es la mirada hacia la superestructura política y otra hacia la sociedad. Creo que el peronismo de Santa Fe tiene que ser para todos los sectores sociales de la provincia.