Dos investigaciones vinculadas con el atentado contra la Amia, perpetrado en 1994, generaron que los ex presidentes Cristina Kirchner y Carlos Menem coincidieran hoy en los tribunales federales de Comodoro Py.

La presencia en simultáneo de dos ex mandatarios no fue la primera en la historia del inmenso edificio de tribunales, ubicado en el barrio porteño de Retiro: en septiembre de 2013 se habían cruzado, y saludado, Menem y el radical Fernando De la Rúa.

A diferencia de aquel apretón de manos entre el riojano y su sucesor, en la mañana de hoy, Menem y la ex presidenta no se cruzaron ni se saludaron, aunque entraron en el edificio separados tan sólo por 15 minutos.

El primero en llegar fue Menem: arribó a las 9.40 acompañado por sus abogados y su custodia e ingresó en auto por un «subsuelo» del edificio, ubicado bajo las escalinatas del acceso principal, ubicado sobre la Avenida Comodoro Py 2002.

Tras descender del auto, el senador, que en la elección del domingo logró retener su banca, se desplazó a pie hasta la sala de audiencias bautizada como «Amia», y en el camino saludó a cuanta persona se cruzó con un cordial «hola querido/a» y un apretón de manos.

La caminata concluyó cuando llegó al banquillo de los acusados y se sentó para esperar el comienzo de los alegatos de la causa en la que se lo acusa de haber participado del desvío de la investigación del atentado a la Amia.

Menem está acusado de haber ordenado que el destituido juez Juan José Galeano -también procesado- dejara de investigar la posible vinculación de la familia de origen sirio-libanés Kanoore Edul -amiga de su familia- con el atentado.

Hasta hoy, Menem había logrado evitar su presencia en el juicio oral y público que lleva más de dos años pero, después de las imágenes que lo mostraron votando el pasado domingo, no pudo volver a alegar problemas de salud para ausentarse.

A las 9.55 fue el turno de la ex jefa de Estado: Fernández de Kirchner llegó en auto con su custodio, se encontró con su abogado, Alejandro Rúa, y juntos ingresaron en Comodoro Py por la puerta lateral que sale al Correo Argentino.

Dentro del palacio de tribunales se encontraron con la otra abogada del equipo que la defiende en esta causa, Graciana Peñafort, y subieron en ascensor hasta el cuarto piso, donde está el juzgado a cargo del juez Claudio Bonadio.

«Doctor Bonadio, de usted no espero justicia», le dijo, por escrito, la ex mandataria que, según fuentes judiciales, en todo momento se mostró desconfiada, algo que quedó en evidencia cuando solicitó corregir 4 veces el acta de su indagatoria.

La ex mandataria está acusada de haber promovido la firma del memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán en el marco de la causa Amia, para dotar de impunidad a los acusados iraníes, tal como denunciara el fallecido fiscal Alberto Nisman.

A diferencia de lo que pasó con Menem, la presencia de la ex presidenta fue seguida más de doscientas personas que la esperaron en el cruce de la Avenida Antártida Argentina con Letonia para escucharla hablar al salir de los tribunales.

La presencia de los dos ex mandatarios en el edificio de tribunales implicó que se dispusiera un operativo de seguridad que movilizó 500 agentes de seguridad entre los de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía de la Ciudad.

Dentro del edificio la seguridad estuvo a cargo de la División Comodoro Py de la Policía Federal, mientras que afuera la fuerza con más presencia fue la Gendarmería Nacional, enviada por el Ministerio de Seguridad, según fuentes judiciales.

La historia del encuentro entre Menem y De la Rúa también tuvo un punto en común: ambos había llegado a los tribunales de Comodoro Py el mismo día involucrados en causas de corrupción.

Aquel 20 de septiembre de 2013, Menem fue absuelto en el juicio por haber omitido maliciosamente, en su declaración jurada del año 2000, una cuenta en Suiza; mientras que a De la Rúa, la Oficina Anticorrupción le pidió seis años y medio de prisión por los sobornos en el Senado.

De todos los ex presidentes, el que se movió con más comodidad por el edificio fue Menem. Un funcionario judicial que supo tratarlo contó que en otra visita alguien se ofreció a acompañarlo hasta la salida y el riojano respondió: «No, gracias, querido, este lugar lo hice yo».