El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, sostuvo hoy que «quizá la Iglesia no hizo todo lo que podía hacer» durante la dictadura y pidió «disculpas», aunque aseguró que «no se puede hablar de complicidad».

Fue al anunciar en la sede del Episcopado porteño la apertura de los archivos de la Iglesia argentina, la Nunciatura y el Vaticano sobre los años de la dictadura militar en el país.

Ante una pregunta de los periodistas, Arancedo aseguró que «no se puede hablar de complicidad de la Iglesia» con la dictadura pero reflexionó: «La Iglesia quizá no hizo todo lo que pudo hacer y pedimos disculpas».

Por su parte, el cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, vicepresidente primero de la CEA dijo que la apertura de los «archivos es un servicio de la verdad» y confirmó que el Papa Bergoglio «está detrás de esto».

Antes había recordado una «presentación de la Iglesia en 2005» para acceder a esos archivos y acotó que «la Iglesia hizo lo que tenía que hacer» en ese momento: «Hemos pedido perdón. Además del mea culpa, tenemos la contundente voluntad», de cooperar, agregó.

Poli dijo además que en el período de los archivos, «la Iglesia se ha sentido con un estrecho margen para los reclamos de la justicia» y resaltó que «se habían suspendido las garantías constitucionales».

En este sentido, el secretario General de la CEA, el obispo de Chascomún, monseñor Carlos Malfa, remarcó que en 2000, en ocasión del Congreso Eucarístico en Córdoba, la Iglesia «hizo un pedido de perdón».

Poli, por su parte, destacó que documentación que se pone a disposición tiene «un sentido de reparación hacia las víctimas», al referirse a las 3.000 cartas que obran en la Conferencia Episcopal del período 1976-1983.