La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidió este domingo un «voto de confianza» de diputados y senadores para aprobar el proyecto de ley Ómnibus y el decreto de necesidad de urgencia (DNU) de desregulación de la economía elaborados por el Gobierno.

«El primer proyecto que presenta el Presidente y no se lo votan. ¿La confianza dónde se va? El Presidente está pidiendo que nos voten estos proyectos como un voto de confianza. Que nos dejen realizar el trabajo que tenemos que realizar, sabemos para dónde vamos, que tenemos un horizonte claro, que de este horizonte la gente va a salir mejor», reclamó Bullrich a los legisladores.

La funcionaria consideró que la gente «puede estar peor de lo que está si no se votan los proyectos», y destacó que Javier Milei «está pidiendo que la acción sea inmediata».

«Todos los diputados y senadores tienen esta responsabilidad histórica, tienen que entender y pararse en este lugar», sostuvo la ministra, que diagnosticó que Argentina «está en destrucción total».

Además, criticó las «posiciones duras del radicalismo» y opinó que el «100% de la gente que votó Juntos por el Cambio y el 100% que votó a La Libertad Avanza están queriendo que no se frene el cambio».

«También hay que pensar a quién están representando: ¿a ellos mismos o van a representar realmente a la sociedad? Cada radical, cada miembro de JxC, tiene que pensar qué quiere la gente: ¿volver al populismo depredador o un cambio?», preguntó.

Bullrich señaló que es «importante entender que no hay tiempo» y comparó la situación de Argentina con la de «un paciente grave en un cuarto de operación, que tenés que operarlo».

Sobre el paro convocado por la CGT para el 24 de enero, la funcionaria dijo que Milei «está dispuesto a hablar» con los dirigentes gremiales «para explicar las razones de los cambios que se están llevando adelante».

Sin embargo, alertó que «el diálogo no puede cambiar el rumbo» y remarcó que si «la conclusión del diálogo es ‘seguimos como estamos’, la conclusión es el fracaso de nuevo de la Argentina».

«Todos sabíamos que los cambios profundos iban a tener una resistencia, pero todos sabemos que sin cambios profundos toma más velocidad el camino de la decadencia. Entonces estamos frente a un dilema que tiene una sola salida: hay que hacer los cambios necesarios, de manera rápida, contundente», concluyó.