Todas las semanas se emite por Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder intepelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En esta oportunidad, la Licenciada en nutrición e integrante de la FIC (Fundación Interamericana del corazón) Victoria Tiscornia, profundizó sobre un proyecto de ley sumamente necesario para mejorar la calidad de vida de las y los argentinos. Una puja entre el furibundo lobby que imponen las corporaciones alimenticias, y quienes solo propugnan un acceso no falaz y restringido a la información de aquello que consumimos.

La sanción de esta iniciativa es clave para combatir una de las tres causas de la mortalidad como es la obesidad, que en la Argentina afecta a cuatro de cada 10 menores y en especial a adolescentes, y siete de cada 10 adultos, según coinciden especialistas y legisladores oficialistas y opositores. La política de rotulado frontal de alimentos, se trata de unos sellos negros de forma octogonal con letras blancas que brindan información clara y sencilla a los consumidores acerca del contenido excesivo de nutrientes críticos que presentan los distintos productos alimenticios.

La mayor parte de los productos alimenticios que encontramos en los mercados argentinos, presentan alguno o más de un nutriente crítico como azúcares, grasas saturadas, sodio u otro. Esto significa que cuando consumimos estos alimentos nuestra dieta se aleja de las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud). No queda lugar a dudas que la necesidad de aprobación de la ley de etiquetado frontal, serviría de faro a la hora de esquivar publicidades engañosas y poder consolidar una alimentación saludable.