Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires – La Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera), cuestionó a través de un  comunicado, las intenciones de los socios del Mercosur de bajar el Arancel Externo Común al advertir que generaría un grave perjuicio para la deteriorada industria argentina, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio para combatir el Covid-19. Y advirtió además, que la situación internacional está al límite, «hay en stock 6 billones de prendas y 4500 millones de pares de calzado».

En este sentido, ante una nueva envestida de Brasil, la entidad que representa 70 cámaras empresarias, advirtió que bajar el Arancel Externo Común no solo da por tierra el mismo Mercosur, sino que destruye la posibilidad de refundar la industria local, hipotecando cualquier posibilidad de reconstrucción en el marco de la crisis por el coronavirus.

Marcelo Fernández y Matías Kulfas

En diálogo con Conclusión el presidente de Cgera, Marcelo Fernández señalo que, «si bien la postura de Cgera en forma pública ofrece varias apreciaciones,  se puede reflexionar que estamos en un momento en el que por la profundidad de las transformaciones mundiales, para las pymes se convierte en una situación de Estado».

«Brasil como socio del Mercosur, se esta moviendo muy mal, es a todas luces visible que en en materia económica se esta equivocando», indicó el empresario.

Respecto de las gestiones de la representación diplomática nacional para tratar estas decisiones desde la entidad empresaria avalaron la decisión de la Cancillería argentina en considerar que no se puede decretar una baja de aranceles. Esto destruiría al Mercosur y a las miles de empresas que viven de él, porque es ingenuo bajar aranceles sin contrapartida o beneficio».

En el análisis el dirigente gremial aporto que el mundo «se está cerrando» y los «países resolvieron proteger sus propios mercados, tomando distancia de los paradigmas globalistas».

Según Fernández, la iniciativa carioca «no solo atenta contra la estabilidad y la continuidad del Mercosur, sino también contra las condiciones cuasi famélicas de las Pymes».

El tema no es nuevo, pasado mediados de febrero, el titular de Cgera, en reunión con Matías Kulfas, y el flamante embajador en Brasil, Daniel Scioli, sostuvo a este medio que era «importante trabajar en conjunto para buscar terceros mercados y poder exportar en sociedad y no pelear solamente por nuestros mercados internos”.

Fernández recordó de esa reunión respecto al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que «los empresarios de Cgera, manifestaron su preocupación por los perjuicios que traería este tratado para las Pymes locales, y advirtieron sobre la negociación de Brasil de este tratado en forma individual».

En buen romance, para el empresariado nacional «el Arancel Externo Común, además de ser una norma de cuidar nuestro mercado ante la envestida de terceros países que producen a precios viles, da preferencia sus miembros. De esta manera los países dan y reciben beneficios a estos ¨parceros¨.

Otra precisión para nada desdeñable de atender es que «el principal destino de los automotores de Brasil es Argentina, y es equivalente a lo que le venden a México, China y Estados Unidos en conjunto. Además, el 45 % de sus exportaciones de calzado son vendidas en comercios argentinos. Esto se debe a que damos preferencia a esa producción con un arancel de 0%, cuando en general, todos los demás países deben pagar el 35%. Al bajar los aranceles a todos los otros países, tal preferencia dejaría de existir y todos los demás rubros que intercambiemos perderían su principal mercado. De esta manera, el Mercosur se convierte en letra muerta».

Jair Bolsonaro

En el mismo sentido, Marcelo Fernández, apuntó  que Brasil anunció en marzo de 2020, una línea de crédito de 8 mil millones de dólares al 3,75% anual para pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de cubrir dos meses de salario de un franja de dos millones de empleados y frenar la ola de despidos en el sector privado. 

Por otro lado, el gigante sudamericano «concedió a sus industria bajas sustanciales de impuestos y una importante flexibilización laboral para posicionarse mejor a causa de su intención aperturista, pero esto no será suficiente porque el mundo está muy estoqueado, y no hay piso para los precios».

En el mismo sentido, Fernández, subrayó que en septiembre de 2019 el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, resolvió eliminar los impuestos de importación de 498 productos. 

En este marco, no es oportuno «desconocer» que existe una coyuntura internacional que obliga a pensar que esta decisión de eliminar el arancel común es simplemente un suicidio», aprecian los empresarios.

En relación a las consecuencias que trajo aparejada la pandemia, el industrial refirió que «no hay mercados», los productos se acumulan en almacenes» y agregó que actualmente «existe un sobrestock de indumentaria que llega a los 6 billones de prendas o 4.500 millones de pares de calzados. Esta cantidad de productos, de esos y de otros rubros, se van a vender a precios absurdos y destrozaran el mercado que no se cuiden. Algunos países no se cuidan de la pandemia y lo pagan con vidas de ciudadanos», remató Marcelo Fernandez..