Este lunes comenzó en Rosario la entrega de legajos de la última dictadura cívico-militar a ex presas y presos políticos santafesinos, algo que se replicará durante esta semana y la que viene en distintas ciudades de la provincia.

El material consiste en archivos policiales que estaban en una vivienda particular y fueron hallados en noviembre del año pasado.

Los documentos aportan datos sobre el accionar represivo de la fuerza provincial en Santa Fe (capital), Rosario, Reconquista y Rafaela. Se le entregó una copia digitalizada y certificada a cada ex presa y ex preso, o bien a sus familiares.

Del acto participaron el ministro de Gobierno de Santa Fe, Roberto Sukerman, la secretaria de Derechos Humanos LucilaPuyol; la directora provincial de Memoria, Verdad y Justicia, Valeria Silva; la subsecretaria de Derechos Humanos, Anatilde María Bugna, y el fiscal Adolfo Villate.

Este martes el acto tendrá su continuidad en la capital provincial, el miércoles en Rafaela y la próxima semana en Reconquista.

Caso especial

En un adelanto de una entrevista imperdible que podrá leerse esta semana en Conclusión, aparece un caso muy especial entre los papeles que fueron hallados meses atrás: el de la madre de una funcionaria clave en estos temas para el gabinete provincial.

Lucila Puyol tiene un largo recorrido como militante en la agrupación Hijos y como abogada en algunas de las causas que juzgaron los delitos de lesa humanidad. Desde el año 2019 está al frente de la Secretaría de Derechos Humanos y Diversidad de la provincia de Santa Fe. Sus padres, Norberto Victoriano Puyo y Stella Marys Garategui, fueron secuestrados por la dictadura cívico-militar. Él continúa desaparecido, pero ella fue liberada bajo vigilancia  hacia marzo de 1980. Ese, el de Stella Maris, fue uno de los 110 legajos encontrados en noviembre de 2020, cuando una joven pareja alquiló una casa en Santa Fe, que durante años estuvo ocupada por distintas reparticiones de la policía santafesina.

No me lo esperaba, fue muy fuerte para mí”, reveló Puyol a este medio.

“Es una casa que durante muchos años había sido alquilada por la policía de la provincia, una pareja joven encontró dos piezas arriba en la terraza, una de ellas llena de documentación que tenía sello de la policía provincial” contó la funcionaria.

Y reflexionó: “Ellos se pusieron en contacto con la secretaría de Derechos Humanos de la provincia, lo que ya de por sí es algo muy simbólico, eso de encontrar archivos policiales y llamar a la secretaría de Derechos humanos”.

Para conocer más de esta historia (que eriza la piel), seguí las redes y la web de Conclusión en los próximos días y lee el informe completo.