Foto gentileza Prensa Concejo Municipal de Rosario

En una sesión templada, dominada por la emotividad y hasta casi empalagosa, se aprobó este jueves, por unanimidad, la ordenanza que establece la paridad de género en las listas electivas en Rosario, aplicable desde 2019.

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Los adjetivos pueden sonar exagerados y para nada buscan ser despectivos, pero quizás sirvan para describir un escenario 100 por ciento distinto al que se vivió el jueves pasado, cuando se debatió y aprobó la Emergencia Social. Lo único que no cambió, además del edificio, fueron los actores: los mismos concejales.

El proyecto iba a ser aprobado originalmente hace una semana, pero el tratamiento fue postergado por no haber un “clima propicio” (a pesar de que había acuerdo de todos los bloques para votarla) por los incidentes ocurridos en la barra y en las bancas en medio del debate por la situación social y económica de la ciudad.

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La iniciativa fue motorizada por el edil Roberto Sukerman (Fpv-PJ), quien además de ser el vicepresidente del Concejo es abogado constitucionalista (en la cátedra de Derecho Constitucional en la UNR), lo que explica que haya sido él quien tomó el impulso antes que, como hubiera sido esperable, una concejala.

Es que la ordenanza, a pesar de ser votada por unanimidad (difícil que alguien se oponga a riesgo de quedar estigmatizado a tan poco de una elección) genera controversias por el lado jurídico.

Puntualmente, es por lo relativo a las facultades institucionales y políticas que tiene un municipio, en este caso vía órgano legislativo, a avanzar sobre cuestiones como el régimen electoral.

En su defensa del proyecto, el concejal Sukerman resaltó que Rosario “no le tiene que pedir permiso a nadie”, ya que la Constitución nacional otorga esta y otras facultades a las municipalidades. Ejemplificó con el sistema de salud de la ciudad, que también es una facultad provincial y no se dudó en avanzar sobre ese déficit en pasadas gestiones.

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También hubo un reclamo por partida doble a la legislatura de la provincia de Santa Fe: por un lado, a raíz de la frustrada reforma constitucional que impidió que se reconociese la autonomía municipal, y por otro lado, por la ley de paridad de género (aprobada el año pasado por el Congreso Nacional) que tiene media sanción y duerme ahora en el Senado provincial, donde todos los senadores son varones, como se encargó de resaltar en un encendido alegato la concejala María Eugenia Schmuk (UCR – Progresista).

Tanto el concejal Osvaldo Miatello (Compromiso por Rosario) como el concejal Roy López Molina (Cambiemos), con tonos distintos y además de apoyar el proyecto, advirtieron por posibles impugnaciones judiciales que llegarán en el futuro, o dudas, por ejemplo, en cuanto al criterio que utilizará la justicia electoral para armar las listas después de las Paso, en base a los resultados de estas y la ley provincial vigente.

La marea del fondo: sesión sorora

Más allá del debate por la forma, que expuso algunos recaudos entre los concejales, nadie discutió el fondo, por donde pasó la emotividad de la tarde y de lo que se encargaron de verbalizar casi todas las edilas que ocupan una banca en el Palacio Vasallo: el reconocimiento de derechos de las mujeres y el carácter “imparable” de esa “marea feminista”.

Parte de esa marea ocupó la barra, donde se vieron banderas y militantes que aplaudieron a todas las edilas, con algunas de las cuales festejaron y se sacaron fotos luego de la aprobación.

“Esperamos haber aportado nuestro granito de arena para un movimiento de las características del movimiento de mujeres: horizontal, que supera cualquier tipo de diferencia ideológica política y organizativas”, dijo Norma López a Conclusión.

La edila, compañera de bancada e impulsora del proyecto junto a Sukerman, se mostró «orgullosa» y aseguró que va a ser “muy difícil que después de esto los partidos se atrevan a no respetar la paridad”.

Una de las primeras en tomar la palabra fue María Eugenia Schmuk, quien afirmó que la aprobación se trata de “un deber ideológico, militante, de promover acciones que garanticen derechos para las mujeres y erosionen el patriarcado, la masculinidad hegemónica cuya cara más violenta es el femicidio pero que también incluye el insulto, el control de la vida económica y una histórica y violenta disparidad en el acceso a cargos públicos”.

La concejala radical dijo además que lo del Senado provincial era “una vergüenza” y desafió a que “alguien se anime» a judicializar esta ordenanza. “Acá lo esperaremos, y en la calle”.

“La ordenanza es una herramienta y no es una cuestión de mujeres sino de mejorar la calidad de la democracia”, añadió.

La concejala Marina Magnani (Unidad Ciudadana), como todas las que la siguieron adhirió a sus predecesoras en el uso de la palabra e hizo un repaso histórico por mujeres que han tenido una vida política activa y casi revolucionaria, ligadas al peronismo en su mayoría.

Caren Tepp, de Ciudad Futura, recordó la impugnación judicial que recibió la lista de candidatas (100% mujeres) que encabezó en 2017 para ingresar al Congreso Nacional.

Además, Tepp contó que en el viejo recinto (fue renovado este año), las bancas “construidas en no sé qué siglo” no estaban “pensadas para mujeres” y que debían pedir almohadones a sus compañeros varones cuando hablaban, lo que generó rápida empatía y hasta risas en el resto del cuerpo.

La concejala Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) resaltó la importancia de la composición mayoritariamente femenina en la clave Comisión de Gobierno (que preside Schmuk) para que el proyecto llegue al recinto, así como la presidencia  que ella misma ejerce en la comisión de Planeamiento, que es decisoria y sólo estuvo cuatro veces comandada por una mujer. 

Gigliani también remarcó «la enorme cantidad» de barbaridades que se han dicho de la ex presidenta Cristina Fernández, así como de la intendenta Mónica Fein, descalificadas «sólo por ser mujeres» y con términos machistas.

Verónica Irizar, del bloque Socialista, se plegó a sus pre-opinantes y resaltó además la figura de Alicia Moreau de Justo. También se sumó la concejala Celeste Lepratti (Frente Social y Popular). «Esto nos llena de alegría, es un día muy importante. Hay una historia que pesa, tantas que nos precedieron en esta lucha, evidentemente da sus frutos», señaló. 

Por el lado de Cambiemos, habló la edila Renata Ghilotti, quien convocó a que “más mujeres participen de la política”.

«Es innegable el liderazgo femenino en el Concejo y es por eso que la participación activa de las mujeres no es una cuestión antojadiza», afirmó Ghilotti, quien también instó a reclamar a la Legislatura la adhesión a la ley de paridad.

Por último, de ese mismo espacio, la concejala Germana Figueroa Casas, que ingresó al cuerpo en las últimas elecciones, le agradeció “a las mujeres que abrieron el camino para que ahora estemos hablando de la paridad”, incluyendo en ese saludo a todas las mujeres del recinto. “Con más mujeres habrá mejor política”, sentenció.

En un final con cierta mística, hubo saludos entre todas las concejalas e incluso algunas lágrimas, con aplausos y cánticos que bajaban desde la tribuna parlamentaria, y un presidente del cuerpo (Alejandro Roselló) un poco más permisivo teniendo en cuenta el clima de camaradería y «sororidad» que reinó en el Palacio Vasallo, donde no parecían quedar vestigios de los desbordes de tan sólo siete días atrás, ni siquiera de la tensión vivida en las últimas semanas, que probablemente vuelva a instalarse en lo próximo.