No es ninguna novedad que los precios de los alquileres en Rosario son exorbitantes en comparación con los salarios de un trabajador promedio, lo que hace casi imposible llegar a concretar un contrato de alquiler.

La inflación por encima del 50% y la poca efectividad del Gobierno nacional para contener esta problemática, ha tenido mucha incidencia en esta variable habitacional, lo que también afectó la demanda.

Un reciente informe desarrollado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), puso en evidencia la gran suba en los precios de los alquileres en el último año y deja en evidencia el deterioro del poder adquisitivo de aquellos que perciben un sueldo fijo por su trabajo.

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Cristian Berardi, analista de la consultora, habló con Conclusión para informar sobre los números y porcentajes que mostró el informe sobre los precios de alquileres en Rosario.

«La realidad que nosotros tenemos es que para un monoambiente ha subido un 55%. Para un departamento de un ambiente, alrededor de un 60% y para uno de 3 ambientes se fue a un 76%, que es un número escandaloso», expresó el consultor.

Berardi explicó que este análisis se desprende de los datos de recabados «en el acumulado del último año y el análisis de cómo ha variado de septiembre de 2020 a septiembre de 2021».

Para el analista, «otro dato alarmante es que la oferta de departamentos bajó un 5,8% en el acumulado de lo que fue el acumulado de septiembre 2021 contra septiembre de 2020″ y que esto puede ser «una de las consecuencias de que porque el precio sube bastante. Primero sube por inflación y después porque la oferta, es decir los departamentos que se encuentran en alquiler, bajó».

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El estudio del Ceso mostró la relación de estos porcentajes con el salario real de un jubilado y un trabajador promedio: «Un jubilado que gana la mínima está gastando, aproximadamente, en un monoambiente un 55% de una jubilación mínima (de 22 mil pesos). Un salario mínimo vital y móvil de un trabajador está alrededor de $29.160, estaría gastando alrededor de un 49% en un monoambiente. A medida de que la familia va creciendo y tenés que alquilar otro ambiente tenés que gastar $5500 más y para uno de 2 ambientes alrededor de 10 mil pesos más. Eso sin las expensas que tenés un 14% más. Esto empieza a golpear el bolsillo».

Sin lugar a dudas, la inflación, que se dispara todos los días, repercute directamente en la realidad que sostienen estos números expresados en el informe, en temas tan sensibles para la vida cotidiana como es la vivienda (y ni hablar del precio de los alimentos, el otro gran problema de las familias).

A lo que Berardi mencionó que «la inflación es uno de los pilares que ha intentado el Gobierno transitar y no pudo. Es una materia pendiente. Es decir, que el salario le gane a la inflación. El poder adquisitivo se está deteriorando«.

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Aunque para el centro de estudios económicos, «en abril y mayo hubo fuertes aumentos, pero ahora comenzaron a desacelerar un poco. Estamos hablando de 3%, es decir hay una desaceleración, pero sigue siendo alta».

Al consultarle sobre la posibilidad que esta desaceleración influya en los meses venideros, el economista concluyó: «Puede ser, gracias a que se está empezando a contener el tipo de cambio como ancla de precio. Tenemos también los acuerdos de precios, agigantándose los insumos y los artículos ofertados, y eso también hace de precios de referencia. Pero igualmente, hay ahora también un cimbronazo un poco electoral que está haciendo que de alguna manera los precios se muevan un poquito más».