Durante la semana previa a la jornada electoral y en la semana posterior, se sucedieron nuevos aumentos en una serie de productos que integran los artículos más consumidos en los kioscos y almacenes de Rosario.

Esto no pasó desapercibido para los consumidores, por lo que la Cámara de Kioscos y la Unión de Almaceneros de Rosario mostraron su preocupación ante la advertencia de este hecho que afecta tanto a clientes como comerciantes, entendiendo la situación económica de crisis constante de la Argentina.

Ante esto y en continuidad con el seguimiento que Conclusión viene realizando periódicamente, se entrevistó a los titulares de las entidades que nuclean tanto a kioscos como a los almacenes locales. De sus palabras y la tendencia de arrastre en el análisis acumulado, se advierte que el problema no es monocausal, pero que hoy día, por la etapa del proceso económico que atraviesa el país (más de tres años en recesión y con restricción total al financiamiento), hay más nudos por el lado de la oferta que de la demanda.

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«En los artículos de primera necesidad, hemos tenido un aumento de un 5% en lo que es lácteos y en las harinas un aumento entre un 8 y un 10%«, apuntó el referente de los kiosqueros, Marcos Difilippo.

En relación a los productos que no son de primera necesidad, pero sí parte del consumo de la gente, el comerciante mencionó que «la línea de gaseosas y cervezas tuvo aumentos que han llegado a un 12%«. También, los cigarrillos aumentaron «un 10% en las dos principales marcas que son Massalin Particulares y Nobleza Picardo».

De Filippo expresó que «estos aumentos son constantes. Nosotros como comerciantes no podemos absorberlos y lo tenemos que trasladar a nuestros clientes» y que para ellos esta situación es lamentable, «porque veníamos reputando con la nueva normalidad y, la verdad, afecta la venta».

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Sobre los productos que sufrieron aumentos y entre los que también se registra faltante de mercadería, el kiosquero remarcó: «Línea de lácteos, todo lo que son yogures y leches. Ha aumentado la línea de galletitas y harina para cocinar. Tenemos faltantes de productos como los aderezos, puntualmente en la marca Unilever. En lo que es aceites tenemos faltantes, por ejemplo la línea de Cañuela y Natura, es casi imposible conseguir, para nosotros estos productos en las distribuidoras y los que cuentan con ellos nos lo quieren vender a un precio mucho más elevado de lo que dicta el Gobierno nacional con Precios Cuidados».

La preocupación también se basa en la falta de información de parte del Gobierno nacional como de las empresas que comercian estos productos sobre estos cambios en los precios.

«A nosotros no nos llega ninguna versión oficial de estos aumentos, más que nada en los productos de primera necesidad. Los kiosqueros no participamos ni en Precios cuidados ni en Precios Santafesinos, por lo que se nos hace muy difícil tener precios competitivos con cadenas que si participan de los mismos», concluyó De Filippo.

Fuera de control

Otro de los polos de indiscutible abastecimiento cotidiano son los almacenes, los cuales siguen sufriendo las dificultades que tienen los clientes para adquirir los productos en sus negocios, y a pesar de varios intentos por atender este problema desde el Estado, no se ha encontrado una solución certera frente a esta situación.

Para Juan Milito, titular de la Unión de Almaceneros de Rosario, «vivimos en un marco de inflación que ya todos conocemos y que los argentinos tenemos naturalizados. Venimos de cuatro años de una inflación promedio de un 50% y en alimentos más. Nosotros vamos notando que en esto meses, julio y agosto, ha descendido un poco el índice de inflación debajo de los 3 puntos, pero como siempre decimos, el bolsillo de la gente está deteriorado«.

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«Cada vez alcanza menos el dinero para comprar y las empresas proveedoras, sobre todo las formadoras de precio, que son 14 o 15 empresas que monopolizan el control de precios y que no les importa mucho esto que hablamos sino como ganan más con el menor esfuerzo», añadió el almacenero en diálogo con Conclusión.

El referente de los almaceneros, puntualizó que «hay faltantes en el sector gaseosas que están vendiendo un 15% más que el año pasado, pero con la misma capacidad de trabajadores, inclusive menos, lo que hace que la inversión no este dada y que se lleven las ganancias del país. Esto genera el doble problema, la falta de dólares y la creación de trabajo genuino que nos favorecería a todos«.

En sentido, desde la Unión de Almaceneros vienen denunciando que las grandes empresas «producen menos para ganar más», y que el desde el Estado nacional «todavía no encontró la forma de romper con ese esquema, que solo se rompe de una forma, diversificando la oferta. Hay que poner mucha fortaleza y jugar para el lado de la gente, con profundidad, enfrentarse a los poderes monopólicos».

Al consultarle sobre cuáles serían las posibles soluciones a este dilema, Milito definió: «Debe haber una voluntad política más férrea en llevarlo adelante. Falta autoridad para llevarlo adelante. En Rosario, Precio Justo es lo que mejor anda. Ponemos una discusión en el marco de la sociedad, para que vean que hay una referencia de valores y de precio y que puedan satisfacer las necesidades y la información de la gente sobre qué vale cada cosa».

«Hemos querido implementar el programa Súper Cerca, lo estamos llevando adelante, una campaña nacional que no está mal, son alrededor de 70 productos que vendrían marcadas en la etiqueta, de los cuales tenemos menos de la mitad y solamente una decena tiene marcados los precios en la etiqueta», agregó el representante de los almacenes.

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Milito considera que los funcionarios de la Secretaría de Comercio de la Nación «deben salir más a la calle y conocer la realidad de los argentinos».

La problemática de los aumentos en los precios pone a los consumidores en una situación de extrema vulnerabilidad en lo que respecta a su capacidad de compra y consumo, en especial a los de menos recursos, ya que lo que más aumenta desde hace muchos meses es el alimento y los artículos de primera necesidad, cuyo consumo es impostergable.

Por lo que Milito sostiene que se debe implementar lo que está funcionando en la provincia de Santa Fe: «Hay cosas que se pueden hacer como la Billetera Santa Fe, que es un subsidio directo al consumidor y permite que el comerciante vendas más y el consumidor satisfaga un poco más las necesidades básicas. Son cuestiones muy simples, subsidios directos, concretos, a los sectores que menos tienen y a la producción, lo que hace un círculo virtuoso de la economía».