De acuerdo con las Naciones Unidas, la Argentina enfrentará pequeños y medianos fenómenos hidrometeorológicos con pérdidas tanto en las zonas urbanas como rurales en las próximas décadas.

Mientras que el dato es contundente: se pierden 314 mil millones de dólares al año en el mundo como consecuencia de los desastres por amenazas naturales ocasionados tanto por eventos intensivos –de baja recurrencia y de grandes impactos individuales– como extensivos, es decir manifestaciones constantes
de riesgo.

Se trata de disminuir tanto las pérdidas humanas y económicas como los daños ocasionados en sectores estratégicos, a su vez se intenta aumentar la cooperación internacional para un acceso de las poblaciones a sistemas de alertas tempranas.

A fin de colaborar en situaciones de exceso hídrico, el Inta desarrolló una serie de tecnologías aptas para el contexto climático que van desde recomendaciones de manejo para la ganadería y la agricultura hasta el manejo de agua en campos bajos.

Ganadería

En referencia a la ganadería, Juan Pablo Nemoz, técnico del Inta Azul –Buenos Aires– advirtió la necesidad de realizar un diagnóstico a tiempo sobre las características del relieve, suelo y de los rodeos para determinar las prácticas de manejo que ayudarán a disminuir el efecto de las inundaciones.

La mejor manera de comenzar es con una evaluación general del establecimiento: el grado de anegamiento y daño de los potreros, detectar los lugares más altos dentro de los campos –que servirán como dormideros para la hacienda– e identificar lugares de refugios y para el parto de las vacas, por el inicio de la época de parición.

Por otra parte, Sebastián Maresca, técnico del Inta Cuenca del Salado –Buenos Aires– recomendó enfocar los esfuerzos en el resguardo de las categorías más exigentes y con mayor requerimiento energético por su alto ritmo de engorde.

La prioridad serán: vacas y vaquillonas preñadas a punto de parir, novillos en terminación y las vaquillonas de recría: luego los terneros de menor peso y recién destetados, que requieren menor cantidad de alimento y, por último, las vacas de descarte que tienen menores necesidades.

Asimismo, se deberá contar con medidas de manejo enfocadas en la prevención de enfermedades como hipomagnesemia, hipocuprosis, leptospirosis, diarrea neonatal y parasitosis.

Agricultura

Por su lado, Fernando Mousegne –del Inta San Antonio de Areco– sugirió realizar monitoreos permanentes al trigo y cebada de la incidencia y severidad de enfermedades, así como controles tempranos de enfermedades y cosecha y siembra inmediata con cultivos de segunda.

Para maíz y soja, aconsejó barbechos tempranos y limpios, elección del híbrido, fechas tempranas de siembra, control de malezas con productos residuales y señaló que la fertilización en períodos de humedad tiene mayor respuesta.

También destacó la importancia de considerar niveles de profundidad de las napas freáticas, evitar siembras en lotes o sectores anegables, evitar labores verticales para el borrado de «huellas» de la cosecha anterior y adecuar condiciones de almacenado.