El Gobierno de Mauricio Macri autorizó este martes el quinto incremento del año a las empresas de medicina prepaga, que será del 6% a partir de diciembre, con lo que se acumulará un alza del 27% en 2017.

La autorización fue oficializada este martes en el Boletín Oficial a través de la Resolución 1975/2017, publicada con la firma del ministro de Salud, Jorge Lemus, quien en la noche del lunes anunció su salida del gabinete.

En ese marco, Conclusión consultó a Juan Marcos Aviano, director del Cesyac quien no sólo calificó la medida como «negativa» sino que consideró que lo «único que garantiza es mayor rentabilidad a las empresas del sector».

«La evaluación es negativa, no sólo por el impacto de un 28% anual, que supera el índice inflacionario oficial y de cualquier consultora que se proyecte para este año, sino también porque lo único que garantiza es mayor rentabilidad a las empresas del sector«, se quejó.

En ese sentido, destacó que desde hace tiempo las asociaciones de consumidores vienen reclamando al Gobierno que se aplique a «raja tabla» lo que dice la ley de prepagas que establece un mecanismo para el ajuste de los abonos, previa evaluación de los costos, y un trabajo conjunto entre la Superintendencia de Servicios de Salud y la Secretaría de Comercio.

«Hace bastante que no se aplica, esta evaluación conjunta una sola vez fue aplicada como corresponde y el aumento fue muchísimo menor al que pretendían las empresas del sector», recordó.

Consultado sobre las principales dificultades que produce este tipo de aumentos Aviano mencionó el achicamiento de las coberturas, problemas en la autorización de ciertos estudios y medicamentos, sobre todo oncológicos, los “famosos” cobros del plus y la “lógica” disminución adquisitiva.

«El tema prepagas es realmente muy preocupante y el gobierno parece que profundiza la cuestión y reproduce la inflación en un sector que no debería reflejar esos aumentos si hiciera un estudio más pormenorizado de las cosas», expresó indignado.

Si bien reconoció que las prepagas enfrentan el aumento de los medicamentos, y el componente de importaciones por la cuestión de la devaluación, remarcó que «un aumento del 28% va contra todo lo que se quiere plantear del propio gobierno nacional, que es bajar la inflación».

«Esto sigue significando pérdida del poder adquisitivo. Hoy tener prepagas en Argentina es un lujo que se lo pueden dar algunos sectores de la clase media y los sectores de mayor poder adquisitivo. Los sectores de nivel medio y medio bajo que a lo mejor accedían a una prepaga están optando nuevamente por volver a su obra social sindical«, reflexionó y en seguida agregó: «Eso ocurre porque el sistema de las obras sociales es más solidario, más equilibrado, más accesible de poder cubrir a aquellos sectores que más lo necesitan. El sistema de obra social es solidario y el de las prepagas no«.

En consecuencia, dijo que el aumento de las prepagas «sigue achicando la clase media» y «claramente es otro golpe a la clase media». Pero luego aclaró que cuando hablamos de salud, «se perjudica la clase media e indirectamente se perjudica a los sectores de menor poder adquisitivo, hecho que se vislumbra en la suba de los índices de atención y tratamientos en los hospitales públicos».

«Si los hospitales públicos tienen que recibir más gente, los usuarios habituales del sistema público ven resentida su atención porque aquellos que antes no lo usaban ahora lo empiezan a usar», detalló y para concluir sintetizó: «Es un círculo que desde el punto de vista del consumo, sigue achicando el margen de maniobra de la clase media».

El Gobierno autorizó el quinto aumento del año en prepagas