La exportaciones de fruta continúan cayendo de forma preocupante y el negocio parece no encontrar su fondo. Según el último informe de Senasa, las exportaciones que alimentan la economía del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, sumaron en el primer trimestre de 2017, 140.668 toneladas, un 18,5% por debajo de lo que se comercializó en el mismo periodo de 2016 (172.678).

Las manzanas cayeron un 37% (16.547 contra 26.129) y las peras un 15% (124.122 contra 146.549).

El mayor comprador de manzanas fue Paraguay, con 2.983 toneladas (contra 3.723 el año pasado), seguido por Rusia, que adquirió 2.720 toneladas en el primer trimestre de 2017.

Sin embargo, los demás compradores tradicionales registraron bajas importantes.

El caso más notorio es el de Brasil que importó apenas 1.600 toneladas de manzanas durante la primera parte del presente año, contra las casi 8.000 del año pasado, lo que representa un derrumbe del 71%.

En el caso de las peras, Rusia compró 29.651 toneladas durante el primer trimestre del 2017 (contra 28.745), Brasil 29.139 (contra 24.898), Estados Unidos, 23.547 (contra 31.816), e Italia 17.188 (contra 25.512).

Por su lado, aunque las importaciones de manzanas todavía no muestran cifras significativas, queda un buen trecho del año en el que las compras al exterior podrían pronunciarse, estiman en el Alto Valle.

Hasta el momento se importaron 195 toneladas de manzanas, de las cuales 173 fueron adquiridas en enero y las restantes 22 en marzo.

El año pasado se vivió una situación inédita en el mercado local cuando se computaron 3.000 toneladas importadas de manzanas, la mayor parte desde Chile.

La tradición marca que Argentina no realiza este tipo de transacciones. Entre 2012 y 2014 no hubo compras del producto.

La crisis del sector frutícola no muestra señales de recuperación. Los $ 540 millones anunciados por el Gobierno la semana pasada para palear la situación representan un alivio parcial, aseguran los productores.

Según la Federación de Productores de Frutas, en 2015 las necesidades de reactivación del sector ya se traducían en $ 1.500 millones. En la actualidad podría superar los $ 2.000 millones.

La falta de competitividad frente a los otros actores del mercado internacional está golpeando severamente las posibilidades de los chacareros y las comercializadoras.

Uno de los propietarios de la empresa San Formerio, una de las mayores productoras del Alto Valle, hoy a punto del cierre, relató a Clarín que para equilibrar sus costos tendrían que vender la caja de 18 kilos de manzana a un valor de entre 18 y 19 dólares.

La competencia chilena

Mientras que Chile la ofrece a 14 dólares. El consumo interno de 240 mil toneladas de manzanas no compensa las necesidades de la industria.

Chile se convirtió en un competidor directo de Argentina en el mercado brasileño en los últimos dos años. En 2014 el país trasandino poseía el 36,32% del mercado y en 2015 trepó al 71,82%. En tanto que la Argentina, en el mismo periodo, pasó de tener un 42,6% a un 19,41%. En volúmenes totales, Chile esperaba exportar 750 mil toneladas de manzanas en 2016, y la Argentina 280 mil toneladas.

Los productores nacionales le han pedido al gobierno de Mauricio Macri, una mejor financiación para actualizar la industria en materia de tecnología y cultivo de variedades, baja de impuestos, achicamiento de los costos laborales (que representan el 70% de los costos en la chacra) y mejores condiciones competitivas que ayudarían a enfrentar el avance de países como Chile y Nueva Zelanda.

Una de ellas sería negociar la supresión del Sistema de Mitigación de Riesgo (SMR) que, no incluye a otros competidores, y condiciona la velocidad y los destinos de la fruta argentina.