Por Esteban Guida*

En septiembre de 2017, el ministro de Hacienda Nicolas Dujovne, presentó las proyecciones macroeconómicas incluidas en el proyecto de Ley del Presupuesto Nacional para el año 2018. A partir de la estimación que el mismo gobierno hizo de una balanza comercial crecientemente deficitaria, las dudas sobre la sustentabilidad del modelo comenzaron a proliferar con sobrados fundamentos.

El gobierno pronosticó que el déficit entre ventas y compras en el exterior sería de USD 4.500 millones para todo el 2017, de USD 5.600 millones para 2018 y alrededor de USD 7.000 millones para el 2019, 2020 y 2021. Los números oficiales sobre el intercambio comercial de año pasado son contundentes a la hora de confirmar que “el mejor equipo de los últimos 50 años” marró nuevamente sus proyecciones macroeconómicas en grado preocupante.

Según los últimos datos publicados por el Indec, en los doce meses del año 2017, las exportaciones totales acumuladas aumentaron a una tasa menor al 1,0% respecto a igual periodo del año anterior, cerrando el año en USD 58.428 millones. Por su parte, las importaciones aumentaron alrededor de 19,7% con respecto al 2016 y se ubicaron en USD 66.899 millones.

El estancamiento de las exportaciones y el gran avance de las importaciones provocaron que el déficit comercial se ubicara en USD 8.471 millones, prácticamente el doble de lo estimado desde el ministerio de Hacienda. Esta situación deja en evidencia el gran deterioro que sufrió la balanza comercial con respecto al superávit de USD1.969 millones que se alcanzó en 2016 producto de la fuerte recesión que sufrió la economía.

Otro dato que surge de los datos oficiales es que en el 2017 la cantidad de exportaciones cayó un 0,4%, mientras que los precios subieron 1,4%. Casi todos los rubros presentaron caídas en el volumen comercializado (Productos Primarios -5,1%, MOA -3,5% y Combustibles y energía -7,3%). La excepción fueron las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que crecieron 11,2% respecto a 2016 (9,1% en volumen y 1,9% en precio). Los sub-rubros que más explican esta dinámica son: los Vehículos de navegación área, marítima y fluvial, con un crecimiento del 70,5%, y Metales comunes y sus manufacturas, con un 35,7%.

El aumento de 27,6% en el precio de los Combustibles y energía junto con el escaso 1,9% de MOI contribuyeron a la mejora en los precios del total de las exportaciones. En términos de valores, las ventas al exterior de Productos primarios cayeron 5,6% y las de MOA 3,6%, mientras que las exportaciones de MOI y Combustibles y energía aumentaron 11,2% y 18,8%, respectivamente.

El preocupante desempeño de las exportaciones refleja que si la idea del gobierno era instaurar nuevamente un modelo basado en la competitividad de los sectores tradicionales, capital-intensivos y concentrados, los resultados no han sido buenos. En otras palabras, “el supermercado del mundo” está para atrás.

Por su parte, el volumen de importaciones aumentó 14,6% en el 2017 respecto al 2016, mientras que los precios lo hicieron al 4,5% en el mismo período. En todos los rubros aumentó la cantidad de compras y sus respectivos precios (exceptuando una caída en la cantidad de Combustibles y lubricantes, y una disminución en los precios de Piezas y accesorios para bienes de capital). La escalada más importante se dio en la entrada de Vehículos automotores de pasajeros dado que contabilizó un crecimiento del 40% en el último año, esto se explica por la llegada de autos desde el mercado brasilero. En términos de valores, lo sucedieron los Bienes de capital con un crecimiento del 23% y los Bienes de consumo final con 20,9%. Los Bienes intermedios, los Combustibles y las Piezas de bienes de capital crecieron a una tasa promedio del 15,0%, aproximadamente.

Si se cumplen las estimaciones oficiales respecto a la evolución del tipo de cambio para todo el 2018, es muy probable que se verifican los pronósticos sobre un déficit comercial cercano a los 10.000 millones de dólares, superando ampliamente la pauta oficial por segundo año consecutivo (algo parecido a lo ocurrido con las metas de inflación).

El desbalance comercial no es un dato más. Si la política económica se enfoca excluyentemente en la estabilidad de precios y descuida la política comercial, el frente externo será nuevamente el detonante de una crisis extensa y ampliamente anunciada.

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