Por Fabrizio Turturici

En tiempos revueltos para la economía de un país, la sociedad tiende a no hablar de otros temas. Con la emergencia energética declarada formalmente por el gobierno, el costo de las tarifas y su respectivo impacto en el bolsillo de los trabajadores cobra una gran relevancia. Por eso, los últimos anuncios que proyectaron un aumento de más del 300% en las tarifas de luz ofrecieron abundante tela para cortar.

Aldo Ferrer, economista con una extensa carrera política, siendo ministro de Economía y Hacienda durante las presidencias de facto de Levingston y Lanusse y embajador de Argentina en Francia bajo el mandato de Cristina Fernández, entre otros importantes cargos, dialogó con Conclusión para brindar su opinión acerca del tema en cuestión.

En primera instancia, sobre la suba mencionada, Ferrer señaló que “la idea de que era necesario ir reduciendo los subsidios, fundamentalmente para los sectores que no los necesitan, es razonable”. En contrapunto, aclaró que “no hay ninguna medida que se explique por sí misma, sino que tiene que formar parte de un paquete de acciones en el frente fiscal y cambiario”.

Asimismo, el experto en economía confió a Conclusión que “era necesario ir reduciendo el déficit y los subsidios. El tema es el impacto en el marco simultáneo de una devaluación muy fuerte y de un pico o un salto de precios, cuando aún están pendientes otras medidas, incluso en el campo fiscal. Así que habrá que evaluar de aquí en adelante cómo resulta todo el paquete de medidas y cómo influyen los precios en el nivel del salario real, del empleo y del balance de pagos”, argumentó.

“Era necesario reducir el déficit y los subsidios. El tema es el impacto en el marco simultáneo de una devaluación muy fuerte y de un pico de precios”

En otro orden, el ex ministro que supo estar a cargo de la cartera ‘más importante del país’ según el comentario popular, dijo que “habrá que evaluar de aquí en adelante cómo resulta todo el paquete de medidas y cómo influyen los precios en el nivel del salario real y del empleo”.

Al ser consultado sobre el impacto del ‘tarifazo’ en el bolsillo de la clases menos pudientes, Ferrer interpretó que “si se cumple lo que dice el Gobierno, que no aumentará para los grupos de menores ingresos, el efecto será menor. Hay que ver en qué medida eso tiene éxito y cómo logran que esos aumentos no afecten a esas familias”.

“Si con esta importante suba mejoran los suministros o no, depende del conjunto de políticas económicas que se adopten. Primero, hay que ver qué pasará con el tipo de cambio, con los precios, con las negociaciones salariales e incluso con el endeudamiento. Porque el gobierno está operando sobre la base de que conseguirá un grueso sustento de afuera. Y eso implica arreglar con los buitres y manejarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este momento, hay un escenario de gran incertidumbre acerca de cómo se va a acomodar la economía a las nuevas reglas de juego”, explicó quien es autor de varios libros publicados en materia económica.

“En este momento, hay un escenario de gran incertidumbre acerca de cómo se va a acomodar la economía a las nuevas reglas de juego”

—¿Cuánto hay de cierto en que la quita de subsidios le sumará entre 7 y 9 puntos a la inflación de este año?

—Los índices de precios se componen con los costos de los servicios y bienes. Si aumenta la electricidad, impactará indefectiblemente. Hay una estimación de una consultora privada que prevé un fuerte impacto y aumento. Y eso seguramente va a pasar, porque el índice de precios se va a reflejar el aumento de las tarifas.

—¿Existe una solución a corto plazo o demandará tiempo acomodarse?

—Depende del conjunto de medidas que se vayan articulando para ver en qué punto esto estimula la inversión y la recuperación económica. Todavía hay un escenario de gran incertidumbre, con consecuencias inmediatas de mayor inflación y baja incluso en los salarios reales. Falta ahora la negociación salarial…

—¿Entiende que el Kirchnerismo ha dejado un enorme déficit y un considerable retraso en infraestructura energética?

—Yo creo que quedaron muchas cosas positivas del gobierno anterior, como el desendeudamiento. Sin embargo, había que corregir algunas cosas: inflación, déficit fiscal alto, atraso cambiario… El problema de la infraestructura es un tema de inversión pública en buena parte. Hubo una considerable inversión del gobierno pasado en algunas actividades, pero queda mucho por hacer, en transporte, en energía, en viviendas y en muchísimas cosas. Así que este déficit es un problema de inversión y de resolución de inconvenientes que están pendientes.

—¿Tiene potencial y futuro la Argentina en materia energética?

—Nuestro país tiene un potencial formidable en todos los terrenos. El tema es que logremos ponernos de acuerdo en algunas cosas: cómo estimulamos la inversión, cómo generamos inclusión social, cómo estabilizamos los precios, cómo ordenamos la macroeconomía y cómo resolvemos sobre todo ese fenómeno terrible y tan grave que es el subdesarrollo industrial. Tanto en autopartes como en productos electrónicos y demás, que es una clara demostración de atraso y la causa principal de la falta de dólares. Qué pasará con el desarrollo industrial, está por verse…