El consumo de carne vacuna cayó un 17,5% en el primer cuatrimestre del año, cada argentino come casi 10 kilos menos frente al mismo periodo de 2023 y volvió a ser el peor registro en los últimos 30 años, de acuerdo a lo informado por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

El relevamiento precisó que “el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado 663,4 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h)” entre enero y abril, lo que significa unas 141,1 toneladas menos que los primeros cuatro meses del año pasado.

Desde CICCRA explicaron que el descenso en el consumo se atribuye en parte, a la alta inflación que afecta el poder adquisitivo de los ciudadanos, “fue la fortísima caída que padecieron los asalariados en el último año, sobre todo de los ocupados en el sector público y de los ocupados informales del sector privado”.

Durante el mes de abril, el costo promedio de las ‘carnes y derivados’ aumentó un 4,9%, siendo el precio promedio de los cortes vacunos relevados por el INDEC uno de los que menos incremento, con un aumento del 4,7% respecto al mes anterior y en contraposición, señalaron que “el precio del pollo se incrementó 8,2% en el mes”.

En la comparación interanual el precio promedio de los cortes vacunos que mide el INDEC registró un alza de 284,3%, con un máximo de 304,8% en el caso de la carne picada común y un mínimo de 265,7% en el caso del asado.

En ese sentido, aportaron que “con datos disponibles a marzo de 2024, el salario promedio de los trabajadores formales del sector privado, que fue el que siguió más de cerca al nivel general de precios al consumidor, se incrementó 231,7% anual. Esto implica que la pérdida de poder de compra de estos trabajadores fue de 14,9% en términos generales y de 12,2% en términos de los cortes de carne vacuna”.