Una muestra palpable e incontrastable es la imagen que acompaña esta nota, donde se ven las ruinas de lo que fue la fábrica de automóviles Packard en Detroit (Michigan), en su momento la más moderna del mundo.

Los banqueros están en estado de pánico, y los bancos centrales los quieren calmar con una mayor impresión de dinero inorgánico por parte de los bancos centrales (la mentada «Emisión Cuantitativa»). Además, prestarles dinero a tasas de interés negativas (que resulta más bien en pagarles para que tomen los préstamos), y permitir a los bancos que comparen sus propias acciones para mantener una apariencia de solvencia, mientras que el propio jefe del Banco Central Europeo habla de tirarles «dinero desde el helicóptero», como si el problema fuese el dinero. No se trata de dinero, sino del derrumbe de la economía real. El aumento en la tasa de suicidios entre trabajadores calificados sin empleo no es cuestión de dinero, sino que se trata de que han sido desechados por una política satánica que solo atiende al dinero y no a los seres humanos.

Miedo

No obstante, la mayoría de la gente lo acepta, por miedo. Miedo de que el FBI o la NSA «los agarre» si hablan demasiado, si hablan de la realidad obvia. Estados Unidos y Europa van en declive, agonizantes, mientras que China y Rusia crecen, le dan valor a sus poblaciones y a las poblaciones del mundo, con la mira en el espacio, mientras que Obama cierra la NASA; construyen ferrocarriles en todo el mundo mientras que Obama los para; amplían la educación mientras que Obama legaliza las drogas.

La muerte de la cultura en Estados Unidos no se expresa mejor que en el hecho de que el gobierno estadounidense presentó una declaración de «Amigos de la Corte» en una demanda que introdujeron los estados vecinos al de Colorado para detener allí la legalización de la marihuana, porque ha hecho imposible contener el flujo de drogas que cruzan las fronteras internas.

“Epidemia de heroína”

La mayor epidemia de heroína en la historia de Estados Unidos, que ya afecta a todos los condados del país, proviene directamente de la legalización del narcotráfico, ya que las redes de la marihuana son las mismas que difunden la heroína y la cocaína. George Soros se mostró encantado cuando la Corte Suprema apoyó las medidas de Obama que facilitan el narcotráfico y se negó a recibir la demanda en contra de la política de drogas de Colorado.

Por su parte, el presidente del Banco Central de India, Raghuram Rajan, advirtió que el mundo se halla en una «situación cada vez más peligrosa» debido a las acciones que han tomado los bancos centrales occidentales, imprimiendo más dinero mientras que se derrumban sus economías físicas. «La comunidad internacional tiene una opción», señaló Rajan. «Podemos pretender que todo está bien el no-sistema monetario global y esperar que nada salga espectacularmente mal. O podemos comenzar a construir un sistema adecuado al mundo integrado del siglo 21», dijo Rajan.

“Dosis de histeria”

Para Wall Street y la City de Londres, que saben muy bien que su imperio financiero se desmorona, la única respuesta es la guerra para romper la «amenaza» a su poder que viene de China y de las naciones del grupo Brics. En consecuencia, a las poblaciones de Estados Unidos y de Europa —y de toda la región transatlántica— se les alimenta a la fuerza con una dosis diaria de histeria sobre la «agresión rusa» y la «agresión china», para tratar de impedir desesperadamente que la población vea la realidad del nuevo paradigma basado en la ciencia, el desarrollo y el progreso humano en torno a China y a Rusia. A pesar de que los estadounidenses odian a su Presidente y están asqueados con el circo de payasos llamado «elección presidencial», no pueden entender por qué el 80% del pueblo ruso apoya a Vladimir Putin y más del 90% de los chinos apoyan a Xi Jinping.

Hay un motivo. Se basa en darle a la población un sentido del futuro, en una misión que abarca el progreso para toda la humanidad; una visión que se conoció antes como Sistema Americano. Se tiene que revivir en Occidente, para sustituir al sistema muerto del dinero y a su cultura moribunda. Todo ciudadano no solo tiene un interés en esa misión, sino que tiene la responsabilidad de llevarla a cabo.