El presidente del Banco Mundial, David Malpass, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, advirtieron sobre un creciente riesgo de recesión mundial, a medida que la aceleración de la inflación obliga a los bancos centrales de los diversos países a aumentar las tasas de interés, lo que frena el crecimiento. Además, aseguraron que la inflación sigue y seguirá siendo un problema constante después de la invasión rusa de Ucrania.

La titular del FMI compartió con el presidente del Banco Mundial un evento virtual que dio inicio a las reuniones anuales del FMI en Wahsington. En el diálogo que ambos mantuvieron, Malpass afirmó que «hay riesgo y peligro real de una recesión mundial el próximo año» y citó la desaceleración del crecimiento en las economías avanzadas y la depreciación de la moneda en muchos países en desarrollo.

Georgieva dijo que el FMI ve «un problema significativo» en China, la segunda economía más grande del mundo, donde la volatilidad estaba lastrando el crecimiento. «Hemos calculado que alrededor de un tercio de la economía mundial tendría al menos dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo este año o el próximo año», apuntó la titular del Fondo.

Según detalla la agencia de noticia Bloomberg, el FMI calcula que alrededor de un tercio de la economía mundial tendrá al menos dos trimestres consecutivos de contracción este año y el próximo, y que la pérdida de producción hasta 2026 será de US$ 4.000 millones.

Cabe recordar que el Fondo Monetario Internacional rebajará esta semana su previsión de crecimiento mundial del 2,9% para 2023, según señaló el pasado jueves la directora gerente, Kristalina Georgieva, debido a los crecientes riesgos de recesión e inestabilidad financiera.

En un discurso realizado en la Universidad de Georgetown, ña titular del organismo internacional de crédito sostuvo que las perspectivas de la economía mundial se están oscureciendo debido a las perturbaciones causadas por la pandemia del COVID-19, la invasión de Rusia en Ucrania y los desastres climáticos en todos los continentes, y que podrían empeorar.

«Estamos experimentando un cambio fundamental en la economía global, pasando de un mundo de relativa previsibilidad (…) a un mundo con más fragilidad: mayor incertidumbre, mayor volatilidad económica, enfrentamientos geopolíticos y desastres naturales más frecuentes y devastadores».